dimarts, 24 de setembre del 2013

4º ESO. ÈTICA.

Dos hombres, Mojtar N., de 24 años, y Alí A., de 25, fueron ahorcados la semana pasada en la ciudad de Gogan, al norte de Irán, según la organización pro derechos humanos Human Rights Watch. Ambos fueron acusados de mantener relaciones sexuales, un delito -llamado lavat- que se castiga en Irán con la pena de muerte. El tribunal se basó en la sharía, una legislación que interpreta de forma extremista el Corán. El mismo principio rige en al menos otros seis países: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania, Pakistán, Sudán y Yemen.
La sharía establece que todas las relaciones sexuales con penetración entre dos hombres debe castigarse con la muerte. Si los contactos no han incluido la penetración, se penan con latigazos las tres primeras veces. En la cuarta, se aplica la pena capital, explica Human Rights Watch (HRW). La ejecución puede tener distintas formas: ahorcamiento como en Irán; decapitación como en Arabia Saudí, o lapidación como en Pakistán.
En el caso de las mujeres, rige un código parecido: latigazos las tres primeras veces, y ejecución la cuarta. El PSOE pidió ayer al Gobierno que proteste por estas ejecuciones.
En el norte de Nigeria y en algunas regiones de Afganistán, también se lapida hasta la muerte a los homosexuales, según la Asociación Internacional de Lesbianas y gays (ILGA). En Afganistán la lapidación, tal y como se aplicaba durante el régimen talibán, consistía en enterrar a la víctima hasta el cuello cerca de una pared, y tirársela encima empujándola con un tractor o un tanque.
Además, otros 80 países castiga de alguna manera (cárcel, multas, penas corporales, destierro) las relaciones entre personas del mismo sexo, según la ILGA. Entre ellos figuran países que castigan abiertamente la homosexualidad, y otros, como Egipto, donde las prácticas entre personas del mismo sexo no están tipificadas como delito, pero a los que las practican se les aplican otras figuras (escándalo público, conducta inmoral). Fue el caso de los 52 participantes en una fiesta en un barco en el Nilo en 2001. De ellos, 21 fueron condenados a penas de cárcel en 2003. El resto quedó en libertad, pero alguno de ellos ha tenido que emigrar para evitar las presiones sociales y la persecución policial después de su detención.
De los siete países cuyas legislación incluye la pena de muerte para las relaciones homosexuales, sólo hay constancia de que la hayan aplicado en los últimos años Arabia Saudí e Irán. En julio pasado otros dos muchachos de 18 y 19 años fueron ahorcados en este último país por haber mantenido relaciones entre sí y con un chico de 13 años cuando tenían 17 y 18 años. Las organizaciones de gays y lesbianas afirman que las relaciones con el menor fueron consentidas, y que lo que en verdad se castigó no fue una violación, como adujeron las autoridades iraníes, sino las relaciones entre hombres.
El caso de Mojtar y Ali es sólo el último de los recogidos por la ONG. En 2003, la policía detuvo a un grupo de hombres que participaban en una fiesta en un domicilio privado en Shiraz. Según uno de los arrestados, fueron torturados para que dieran el nombre de otros homosexuales, pero finalmente fueron liberados con sólo una multa.
En junio de 2004, la policía de Irán usó Internet para contactar con hombres que querían mantener relaciones con otros hombres. Cuando las víctimas acudían a las citas, eran arrestadas. Uno de los detenidos, Amir, de 21 años, estuvo encarcelado durante una semana, al final de la cual fue condenado a 175 latigazos.

Hostigamiento policial

Recibió la condena en dos partes: cien latigazos primero y el resto después, cuando se recuperó del primer castigo. Una vez liberado, Amir fue mantenido bajo vigilancia y sometido a hostigamiento policial, por lo que al final decidió dejar su país, relata HRW.
Por último, en mayo de este año, una pareja fue condenada a muerte después de que la policía encontrara un vídeo donde se les veía mantener relaciones. HRW no ha podido comprobar si se trata de los dos hombres ejecutados la semana pasada, o de otras personas.

1º BACH. LISTADO DE LIBROS

LECTURAS PARA 1º DE BACHILLER

El valor de educar. Fernando Savater
 Ética para Amador. Fernando Savater
Política para Amador. Fernando Savater
Las preguntas de la vida. Fernando Savater
El señor de las moscas. William Golding (novela)
La deuda de Eva. Alicia Giménez Bartlett
Futbolsofía. Carlos Goñi
De jóvenes, bandas y tribus. Carles Feixa
Invitación a la filosofía. Andrè Comte-Sponville
Vacas, guerras, cerdos y brujas. Marvin Harris
Cómo nos venden la moto. Noam Chomsky. Ignacio Ramonet
Los mitos griegos. Robert Graves
El planeta americano. Vicente Verdú
Lo que Sócrates diría a Woody Allen. Juan Antonio Rivera
Panfleto antipedagógico. Ricardo Moreno Castillo
El nombre de la rosa. Umberto Eco (novela)
¿En qué creen los que no creen?. Umberto Eco y Carlo MªMartini
La tiranía de la belleza. Lourdes Ventura
Informe Lugano. Susan George.
Nadie acabará con los libros. Umberto Eco y Jean-Claude Carrière
Las semillas de la violencia. Luis Rojas Marcos
Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Vicenç Navarro
Mi familia y otros animales. Gerald Durrell
1984. George Orwell (novela)
La aventura de pensar. Fernando Savater
La carretera. Cormac McCarthy (novela)
Ensayo sobre la ceguera. José Saramago (novela)
Las venas abiertas de América Latina. Eduardo Galeano.
Un mundo feliz. Aldous Huxley.

En relación al trabajo. 

Os recuerdo que el plazo para la entrega del trabajo expirará inexcusablemente en los días inmediatamente posteriores a Navidad, y que la calificación -máximo 1pto- formara parte de la nota global del segundo trimestre, pese a que mi consejo es leer el libro e incluso elaborar el trabajo ya. Hay tendencia en el alumnado a escoger un relato por considerar más amena su lectura. Las directrices para elaborar el trabajo en este caso son algo más complicadas. El consejo en todos los casos es leer el libro con una libreta de anotaciones en la mano y reflejar aquellos aspectos que te llamen más la atención por distintos motivos. Después elaborarás el trabajo en base a estas anotaciones. No debe ser muy largo ni escribir por escribir, aunque tampoco me gustaría encontrarme un escrito de un folio y medio sobre un texto que -como todos los de la lista- alberga muchísmos sentidos. Algunas cuestiones a plantear.

-Resumen general del contenido.
-Aspectos del mismo que más te hayan llamado la atención, por estar vinculados con tu vida, porque te suscitan acuerdo o discrepancia, porque los desconocías.
-Aspectos que más tengan que ver con la filosofía, es decir, con lo que a ti te parece que es la reflexión filosófica, con lo que trabajamos en esta asignatura...

Es importante que aportes tu subjetividad a este trabajo, algo que sabes que más bien te pido que evites normalmente en redacciones y comentarios de texto. Aquí sí, debes demostrar que el libro te ha afectado, que no te has limitado a leerlo sin apenas interés. Por eso es tan importante que escojas bien. Quienes trabajéis con novelas es importante que no os quedéis con la anécdota, que intentéis encontrar algo más que simples aventuras en lo que se os va relatando.  

dimecres, 11 de setembre del 2013

1º BACH.TEXTOS PRIMER TRIM.(1-4) (5-9)(10-13)

T-1 LO QUE LAS COSAS SON

Esta concepción fue tomada por Aristóteles de su maestro, Platón. Éste pensaba que cada cosa poseía algo así como una esencia, pero que esa esencia preexistía desde toda la eternidad a las cosas mismas y era por tanto independiente de ellas. Las cosas materiales copian esa esencia, realizándola de forma temporal e imperfecta en el mundo físico. A esa esencia la llamó "Idea".

Quizá se inspiró en el modo en que trabajan los artesanos: primero conciben la idea de lo que piensan hacer -supongamos, una vasija- y luego copian el modelo en barro. Fabrican así muchas vasijas que copian el modelo, pero ninguna realiza la perfección de la vasija-idea, ninguna es la vasija-modelo. Podemos extender este símil al mundo natural, por ejemplo a los caballos. ¿Quién es su artesano? No lo hay o, en todo caso, es la "Naturaleza". Sin embargo, todos los caballos existentes son una copia física de una idea -el modelo "Caballo"- que también, de alguna manera espiritual, es decir, no física, tiene que existir, pues de lo contrario no habría una pluralidad de objetos -los caballos- a los que comúnmente denominamos de la misma forma. Claro que, si la idea-caballo no está en cada uno de los caballos físicos, ¿dónde se encuentra entonces? Platón propone la existencia de un "mundo de las ideas", un más allá espiritual y eterno al que sólo podríamos acceder a través del intelecto.

Esta condición inmutable, espiritual y eterna de las ideas fueron imaginadas por Platón en similitud con los entes matemáticos. Estos escapan al tiempo. Es cierto que las figuras triangulares o cilíndricas existen sólo durante un tiempo, ya que pertenecen al mundo físico y están hechas de materia. Pero éstas son sólo copias perecederas de una realidad eterna o inmutable -el triángulo, el cilindro- que no se puede destruir y que existe con independencia de que en el mundo terrenal sigan apareciendo objetos triangulares o cilíndricos.

T-2 LA CREACIÓN DEL MUNDO

!1,20: Y dijo Dios:
—Bullan las aguas con un bullir de vivientes, y vuelen pájaros sobre la tierra frente a la bóveda del cielo.
1,21: Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que las aguas hizo bullir según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. 1,22: Y Dios los bendijo, diciendo:
—Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra.
1,23: Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.
1,24: Y dijo Dios:
—Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue. 1,25: E hizo Dios las fieras de la tierra según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles del suelo según sus especies. Y vio Dios que era bueno.
1,26: Y dijo Dios:
—Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.
1,27: Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 1,28: Y los bendijo Dios y les dijo:
—Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra.

Génesis 1, 20-28

T-3 EL GÉNERO HUMANO

Dice Platón (Político,263) que todos nosotros tendemos a "afirmar precipitadamente que hay dos géneros de vivientes: el género humano, primero, y por otra parte, todos los demás animales en un solo bloque". Pero -continúa diciendo- podríamos engañarnos. Primero, hay un engaño del lenguaje: puesto que "tenemos una sola palabra para designar a todos los demás animales (el de fieras o bestias), imaginamos que no forman sino un solo género contrapuesto al género humano". En segundo lugar, sigue Platón, "nos engaña nuestro orgullo, pero es lo que ocurriría con cualquier otro animal dotado de razón, por ejemplo una grulla: aislaría primero el género "grulla" para oponerlo a todos los demás animales, y de esa forma glorificarse a sí misma, y rechazaría el resto, seres humanos incluidos, en un mismo grupo, para el que probablemente no encontraría otro nombre que el de bestias." Mucho más tarde repetirá Darwin: "Si el ser humano no hubiera sido su propio clasificador, jamás habría soñado en fundar un orden separado para colocarse en él" (El origen del ser humano)

En realidad, el planteamiento platónico del problema ya sugiere la solución: sólo el ser humano es capaz de clasificar a los animales (él mismo incluido) ya que sólo él es racional. Pero también nos está haciendo una advertencia: ¡Mucho cuidado! Encontrar la "diferencia" -la racionalidad- no quiere decir, necesariamente, que se haya demostrado que el ser humano es mejor
que los demás animales. ¿Es realmente mejor? La pregunta queda abierta, y lo ha estado a lo largo de la historia de la filosofía. Así encontramos, por ejemplo, que en el Renacimiento, Pico de la Mirándola definía a las bestias como "inferiores", hasta el punto de exigir al hombre buscar su propia dignidad lejos de todo aquello que, como sus pies o sus manos, le acercan demasiado a la condición animal. Sin embargo, el célebre Montaigne, en su Apología de Ramón Sibiuda llega a atribuir a los animales pensamiento e incluso religión.

T-4. LAS NORMAS MORALES Y LA NATURALEZA HUMANA.

Los sofistas defendían el carácter convencional no sólo de las instituciones políticas, sino también de las normas morales: lo que se considera bueno y malo, justo e injusto, loable y reprensible, no es fijo, absoluto, universalmente válido e inmutable. Para llegar a esta conclusión los sofistas contaban con un argumento doble: 1) La falta de unanimidad acerca de qué sea lo bueno, lo justo, etc...(cosa que se hace evidente no solo comparando unos pueblos con otros, sino incluso a dos hombres de un mismo pueblo) 2) Los sofistas solían establecer la comparación entre las leyes y normas morales vigentes y la naturaleza humana.

Lo único verdaderamente absoluto, inmutable (es decir, común a todos los hombres) es la naturaleza humana. Para saber en qué consiste la naturaleza humana habrá que observar cuál es el modo propio e intrínseco de comportarse de los hombres.

La búsqueda de un modo propio –natural- de comportarse los seres humanos no es nada fácil, ya que nuestro comportamiento está condicionado por el aprendizaje, por las normas y hábitos que nos han sido inculcados a lo largo de nuestra vida. ¿Qué es, pues, lo natural en el hombre? De un modo general, cabe responder: lo que queda si eliminamos todo aquello que hemos recibido por las enseñanzas recibidas. Los sofistas, especialmente los de segunda generación, como Calicles y Trasímaco, utilizan el animal y el niño como ejemplos de lo que es la naturaleza humana prescindiendo de los elementos culturales adquiridos. De estos dos modelos deducen que sólo hay dos normas naturales de comportamiento: la búsqueda del placer (el niño llora cuando siente dolor y sonríe feliz cuando experimenta placer) y el dominio del más fuerte (entre los animales, el macho más fuerte domina a los demás).

Toda moral que vaya en contra de estas dos normas es antinatural. Por tanto, la moral vigente es antinatural, por contraria a la naturaleza, y convencional, porque es fruto del acuerdo.


T-5 EL HOMBRE EN ESTADO DE NATURALEZA

Concluyamos que, errante en las selvas, sin industria, sin palabra, sin domicilio, sin guerra y sin vínculos, sin necesidad alguna de sus semejantes, como sin deseo alguno de perjudicarlos, quizá sin conocer a ninguno individualmente, el hombre salvaje, sujeto a pocas pasiones y bastándose a sí mismo, no tenía más que los sentimientos y las luces propios de este estado, ni sentía más que sus verdaderas necesidades, ni miraba más que aquello que creía tener necesidad de ver; su inteligencia no progresaba más que su vanidad. Si por acaso hacía algún descubrimiento, tanto menos podía comunicarlo cuanto que ni aún a sus hijos conocía. Perecía el arte con el inventor; no había educación ni progreso, y las generaciones se multiplicaban inútilmente; partiendo cada una del mismo punto, deslizábanse los siglos con toda la tosquedad de las primeras edades, la especie era ya vieja y el hombre seguía siendo siempre niño.

Jean Jacques Rousseau

T-6 EL HOMBRE, ANIMAL POLÍTICO

Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....]

Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado.

Aristóteles, Política, 1253a

T-7 HERENCIA O MEDIO

En los primeros días de la genética se pensaba que cada gen codificaba la información correspondiente a un único rasgo, de manera que habría uno para el color, uno para la forma, uno para el tamaño, etc...No es tan sencillo y, desde luego, no hay un gen de la inteligencia o un gen de la agresividad. En la determinación de los rasgos intervienen muchos genes. Así, algo tan sencillo como el color de una flor es producto de un laberinto de causas genéticas, complejas rutas de biosíntesis donde intervienen encimas y proteínas además de distintos genes en un enrevesado proceso. Además los mismos genes actuarán de forma distinta en distintos contextos ambientales. Si esto sucede con el color de una flor, imaginemos qué puede suceder con un rasgo de conducta humana. Como afirma Richard Dawkins el gen se manifestará en nosotros en función de cómo se nos críe o qué alimentación y educación recibamos.

Jose Antonio Marina

T-8 INTELIGENCIA

Daré algunos ejemplos famosos. 1. En Inglaterra los repartidores de leche suelen dejar las botellas a la puerta de las casas. Un paro (ave) descubrió cómo romper el tapón con el pico para beberse el contenido; en poco tiempo, la costumbre se generalizó de tal manera que fue necesario cambiar el tipo de tapones. 2 En Japón se alimentaba con boniatos a un grupo de macacos (monos) desde hacía más de un año. Pues bien, un día a una hembra joven se le ocurrió lavar el boniato en un río:la costumbre se extendió en poco tiempo a todos los demás individuos del grupo. 3. También aprendieron los macacos de Kyoto a calentarse junto al fuego observando lo que hacían sus guardianes. Nada de qué extrañarse, ya sabemos lo que es un "mono de imitación". En estos casos ha habido pues aprendizaje por imitación . Pero en los dos primeros se dan otros tipos de aprendizaje. Quizá el primer paro que abrió la botella de leche ejercitaba un comportamiento de curiosidad -casi todos los animales son curioseadores- y por azar -aprendizaje por ensayo y error- encontró la manera de beberse el contenido. En el caso de los boniatos, el macaco demostró una notable inteligencia. Aprendió según el procedimiento que los psicólogos llaman comprensión súbita: percibió al mismo tiempo el boniato sucio y el agua del río y, de pronto...¡comprendió!

Todos estos ejemplos de aprendizaje lo son de animales que viven en un ambiente muy rico y favorable. Pero hay otro ejemplo, el de la garrapata, que, por vivir en un mundo muy reducido y estable, no necesita aprender prácticamente nada. Toda la conducta de este animal está programada mediante instintos (señales-estímulo y mecanismos desencadenadores). He aquí el relato de su apasionante vida.

La garrapata espera en las ramas de cualquier arbusto para caer sobre cualquier animal de sangre caliente. Careciendo de ojos, posee en la piel un sentido general lumínico, al parecer, para orientarse en el camino hacia arriba cuando trepa hacia su punto de espera. La proximidad de la presa se la indica a ese animal ciego y mudo el sentido del olfato, que está determinado sólo al único olor que exhalan todos los mamíferos: el ácido butírico. Ante esa señal se deja caer, y cuando cae sobre algo caliente y ha alcanzado su presa, prosigue por su sentido del tacto y de la temperatura hasta encontrar el lugar más caliente, es decir, el que no tiene pelos, donde perfora el tejido de la piel y chupa la sangre.Así pues, el mundo de la garrapata consta solamente de percepciones de luz y de calor y de una sola cualidad odorífera. Está probado que no tiene sentido del gusto. Una vez que ha llegado a su fin su primera y única comida, se deja caer al suelo, pone sus huevos y muere.
Naturalmente, sus posibilidades son escasas. Para asegurar la conservación de la especie, un gran número de esos animales espera sobre los arbustos, y además cada uno de ellos puede esperar largo tiempo sin alimento. En el Instituto Zoológico de Rostock se han conservado con vida garrapatas que estuvieron dieciocho años sin comer... (A. GEHLEN, El hombre.)


T-9 LA PUBERTAD

Durante el último siglo y medio (las estadísticas no permiten ir más lejos), la edad de la pubertad ha sufrido una disminución constante, prácticamente lineal, en todos los países industrialmente desarrollados. Alrededor de 1833, la primera regla en las chicas ( y la primera eyaculación en los chicos) se producía sobre los diecisiete años... En nuestros días la edad de la pubertad ha bajado a los trece. Todos los países del mundo muestran este fenómeno, que se ha constituido en un verdadero "universal".

Los efectos de la nutrición pueden explicar esta precocidad, pues se ha demostrado que hay una correlación entre el peso corporal y la manifestación de los primeros síntomas de la pubertad. También los efectos psicológicos parecen actuar sobre la cronología de la maduración sexual. Money y Ehrhardt han observado, por ejemplo, que la hospitalización o el cambio de ambiente pueden acelerar la pubertad en los adolescentes que viven en un medio familiar opresivo y lleno de conflictos.

Massimo Piatelli-Palmarini

T-10 ¿QUÉ SE TRANSMITE EN LA ENCULTURACIÓN?

En el siglo XX han aparecido otros problemas, suscitados a menudo por el desarrollo de las "ciencias humanas". Así, la etnografía nos ha familiarizado progresivamente con la diversidad realmente increíble de costumbres, hábitos, creencias en uso de las 2000 sociedades conocidas, presentes o pasadas. Tal diversidad pone de relieve el ámbito de la cultura, es decir de lo que se transmite por tradición de una generación a otra, y no el de los impulsos naturales, que serían idénticos en todos los hombres.

Algunos datos de la psicología son aún más claros. Al contrario de los animales la "cría humana" no es , según la expresión de Pieron, más que un "candidato a la humanidad". Sólo deviene hombre en la medida en que recibe del medio en el que vive, y en el momento oportuno, el aporte cultural indispensable al despertar de su inteligencia y de su sensibilidad. Esta aportación, constituida por los cuidados maternos, el lenguaje, los valores afectivos, morales y estéticos, es asimilada inconscientemente por cada uno en determinados momentos de su vida y nadie puede pretender que la ha creado por sí mismo. Así pues, el hombre es, en su nacimiento, una especie de prematuro. Como dice Malson, "Su personalidad se elabora... en una serie de matrices culturales que son para su desarrollo tan importantes como la matriz materna. Las relaciones emocionales que mantiene durante los dos primeros años con su madre condicionan toda su vida afectiva y el aprendizaje del lenguaje en el tiempo adecuado condiciona toda su vida intelectual". Los célebres "niños salvajes" educados por animales no son "hombres en estado de naturaleza", sino que adoptan las actitudes, los modos de andar, los gustos alimenticios... de las especies que les han adoptado; padeciendo, además de diversas enfermedades, un retraso mental aparentemente irreversible. (Heymann,G. Philosophie)

T-11 EL ANIMAL DESVALIDO

Sucede que las especies que cuentan con un cerebro muy desarrollado se diferencian de las dotadas de un sistema nervioso más simple no tanto en las conductas que heredan, cuanto en los comportamientos que pueden adquirir. Son los aprendizajes posibles los que hacen distintas a las especies (e incluso a los individuos). La abeja ostenta unos comportamientos complejísimos, pero son los únicos que puede realizar. Prácticamente toda su conducta está determinada genéticamente. Está sometida al determinismo biológico. De hecho, cuantos más comportamientos
hereda biológicamente una especie tantos menos comportamientos puede aprender. En
consecuencia, el desvalimiento del animal superior; del hombre, en el momento de su nacimiento es signo patente de lo mucho que puede aprender. Si contara ya con numerosas conductas al nacer, su comportamiento general posterior estaría muy determinado. Así pues, el hombre hereda –eso sí- un cerebro que permite realizar multitud de aprendizajes y, gracias a ellos, convertirse efectivamente en el ser superior que sin duda es.

Pero para aprender no basta un sistema nervioso central complejo. Es la cualidad
necesaria, pero no suficiente. Además se precisa un ambiente que enseñe o permita aprender. Ese ambiente es el constituido por los demás hombres. El medio social, actuando sobre cada individuo desde el mismo instante del nacimiento –e incluso antes- es quien permite que ese ser; el hombre, biológicamente muy indeterminado en lo que a su conducta se refiere, llegue a comportarse de acuerdo, entre otras cosas, con lo establecido en su grupo social. Las personas que constituyen ese
grupo, asumiendo y resumiendo en sus comportamientos todos los aprendizajes históricamente trasmitidos de generación en generación, consiguen que todo individuo llegue a comportarse como miembro de su comunidad cultural. La cultura sustituye así, en el comportamiento humano a los cromosomas.

Rudiger Niehman


T-12 EL HOMBRE, SER DE CARENCIAS

A.Portmann ha señalado que el ser humano nace siempre "demasiado pronto" y, por tanto, necesariamente inmaduro biológicamente. En efecto, los mamíferos inferiores (como los roedores) nacen después de un breve embarazo y en gran número de crías, pero en estado de desamparo, y han de permanecer en el nido largo tiempo: son "calientanidos". Los mamíferos superiores nacen después de un largo embarazo; pocas crías, pero muy desarrolladas.Su nido ha sido el seno materno, por eso son "fuginidos". El ser humano es un caso especial. El embarazo es largo, pero nace inmaduro y sigue necesitando un nido: es un "calientanidos secundario". Para el bebé, la casa y el mundo son su "nido", lo cual hace que reciba un enorme caudal de información (¡cultural!) antes de concluir su proceso de maduración biológica.

Por su parte, A.Gehlen ha denominado al hombre un "ser de carencias":

"Morfológicamente, el ser humano, en contraposición a los mamíferos, está determinado por la carencia, que en cada caso hay que explicar en su sentido biológico exacto como no adaptación, no especificación, primitivismo, es decir, no evolucionado, o, de otra manera, esencialmente negativo". (El hombre, pp.37) Gehlen cita, por supuesto, el mito de Protágoras, e indica que el ser humano carece en absoluto de especialización (su dentadura, por ejemplo, parece primitiva, no especializada para ninguna función concreta), por lo que se encuentra inadaptado para cualquier medio ambiente y en peligro permanente. Esta situación biológica del ser humano le obligó a suplir sus carencias y a hacerse a sí mismo ("domarse a sí mismo"). Y tuvo otra consecuencia: al no estar adaptado a ningún medio ecológico propio, puede vivir en cualquiera: está "abierto al mundo". Si se recuerda el estrechísimo medio ambiente en que vive la garrapata, se comprenderá bien lo que es la existencia de un ser que vive "en el ancho mundo", recibiendo un inmenso caudal de información"



 T-13 ABEJAS, CASTORES Y HUMANOS.

Entre humanos sólo hay unanimidad en saber que estamos en desacuerdo en todo. Esto se debe a algo maravilloso y, en cierto modo, aterrador, que lo que vaya a ser la vida de cada cuál es, al menos en parte resultado de lo que quiera cada cuál. Si nuestra vida fuera algo determinado y fatal, irremediable, todas estas reflexiones carecerían de sentido. Nadie discute si las piedras caen hacia arriba o hacia abajo: caen hacia abajo y punto, no hay consultas a la población para saber si queremos abolir la Ley de la Gravedad. Los castores hacen presas en los arroyos y las abejas panales de celdillas hexagonales: no hay castores tentados de hacer celdillas ni abejas que se dediquen a la ingeniería hidráulica. En su medio natural, cada animal parece saber perfectamente lo que es bueno y malo para él, sin discusiones ni dudas. No hay animales malos ni buenos en la naturaleza, por más que la mosca, si tuviera juicio moral, consideraría mala a la araña que tiende su trampa y se la come. El caso es que la araña no lo puede remediar.

Fernando Savater

1ºDE BACHILLER. LISTADO DE CONCEPTOS

1º DE BACHILLER. LISTADO DE CONCEPTOS (Por orden de aparición)

Innato: (innatus, natural en) Lo que se posee por nacimiento y es natural, es decir, opuesto a adquirido. Son innatas las conductas directamente determinadas por instintos, de manera que podemos hablar del parpadeo instintivo, el instinto sexual… pero también de conductas más complejas como la agresividad innata. La escuela innatista, que encuentra un precedente lejano en Platón, se asocia a la filosofía racionalista del XVII y en especial de Descartes, defiende la presencia en la mente humana de ideas innatas, es decir, principios básicos del entendimiento que no requieren experiencia sensible. Así, según esta doctrina, son ideas innatas Dios y el alma o los conceptos matemáticos. Estos conceptos no aparecen desarrollados en la mente ni cualquier entendimiento accede a ellos necesariamente. Se trata de esquemas básicos que tendemos naturalmente a formar.

Definición: (definere: señalar límites). Definir es ofrecer la esencia de algo. A la pregunta ¿qué es X?, daríamos cuenta de la naturaleza de ese ser, de sus características constitutivas. Es esencial en un ser aquello sin lo cual este no puede sobrevivir. Así, si digo que la esencia del hombre es la razón, debemos entender que el hombre queda enajenado, extraño a sí mismo, en la medida en que "pierda la razón". De igual manera, si una silla deja de servir para sentarse, lo cual es esencial en ella, entonces ya no puede cumplir la definición del concepto "silla". Hay una forma de definición no esencial que es la llamada definición extensional. En este caso, enumeramos los casos posibles en los cuales se cumple el concepto. Así, definir la extensión del concepto "baloncesto" supondría nombrar por ejemplo equipos o jugadores; si hubiéramos de definir "Estado" daríamos todos los nombres de Estados que conocemos…

Mythos/Logos: (Mythos: relato; logos: nación) El mito es una narración, normalmente protagonizada por héroes o dioses que se transmite como ejemplo de comportamientos y valores significativos para la comunidad. A través del mito, los pueblos se representan figuradamente su origen, su lugar en el mundo y su destino. En las sociedades tribales, y acaso también en las sociedades civiles, los mitos contribuyen a la cohesión del grupo.
Con el logos, las explicaciones míticas y los relatos del origen pasan a ser sustituidos por explicaciones y argumentos. El primer fenómeno histórico de tránsito del mito al logos lo tenemos en la antigua Grecia, cuando los filósofos presocráticos se refirieron a la materia primigenia, por ejemplo el agua en Tales de Mileto o el aire en Anaxímenes, para dar una explicación del origen y composición del mundo sin recurrir a las viejas narraciones mitológicas. En el siglo XVIII, se moderniza este fenómeno, cuando los ilustrados afirman que la Diosa Razón rompe las tinieblas de la superstición que han mantenido históricamente al hombre en condición de siervo.

Creacionismo: Crear supone extraer algo de la nada o, al menos, producir algo que antes no estaba, aunque sí le preexistieran los elementos que lo conforman, tal y como sucede con el barro que el artista utiliza para crear su estatua. Las doctrinas creacionistas defienden la idea de que el origen del mundo es la creatio ex nihilo, la cual, influida por la concepción judaica expresa en el Antiguo Testamento, se opone a la concepción grecolatina de la existencia de una materia universal eterna y que preexiste a los seres. Solidaria de la concepción religiosa creacionista es la teoría científica denominada fijismo, reacción característica del siglo XIX contra el evolucionismo y que apuesta por la inmutabilidad de las especies vivas.

Evolucionismo: Doctrina científica surgida en el siglo XIX y que defiende el carácter mutable de las especies. Inspirados en las doctrinas de Spencer, para el cual todo es producto de la evolución -tanto las especies como la materia inorgánica como las sociedades humanas- los naturalistas partidarios de esta concepción defendían con pruebas experimentales de todo tipo que existía la filogénesis, es decir, que cada especie ha pasado por diversas fases de desarrollo hasta llegar a su morfología actual, habiendo sufrido trances de especiación, es decir, de haberse separado de un tronco común del que formaban parte, como se evidencia por ejemplo en el hombre y las distintas familias de simios.
La teoría de Lamarck defiende la evolución en base a la idea de que se heredan los caracteres adquiridos, lo cual explica la especiación a partir de transformaciones orgánicas que se crean por necesidad y se van transmitiendo gradualmente de padres a hijos. El mecanismo que determina este proceso podría ser el de la necesidad, de tal manera que mientras unos órganos –por ejemplo los colmillos entre nosotros- se atrofian por desuso, otros varían y se desarrollan para un uso nuevo, como ocurre con el largo cuello de la jirafa, de ahí la frase "la función crea el órgano".
El lamarckismo ha sido definitivamente superado por la concepción darwiniana de la selección natural, según la cual en la dura competencia por la supervivencia sobreviven los más aptos. Los cambios son azarosos y normalmente deletéreos o negativos para el sujeto que los sufre, pero ocasionalmente un sujeto anómalo –en cierto modo un monstruo, como el mono que camina erguido o el oso albino- sufre un cambio que refuerza su situación en la lucha por la vida, de manera que su carácter termina siendo seleccionado y extendido. El mutacionismo contemporáneo recoge esta teoría para sintetizarla con los descubrimientos de genética de Mendel, cuyos experimentos explican cuáles son los mecanismos que desencadenan los errores de transmisión de la herencia –las mutaciones- generando sujetos mutantes y la posibilidad de una transformación de tipo filogenético.

Platón. Filósofo griego del siglo V (a.c), probablemente el más determinante en la historia del pensamiento, de ahí que se llegue a decir que la Filosofía es Platón y todos los demás autores son notas a pie de página. Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, reflejó su doctrina –en especial la Teoría de las Ideas- en sus obras dialogales –de entre las cuales destaca La República- donde pone todas sus concepciones en boca del maestro Sócrates. Platón apuesta por el valor universal e inmutable de los principios básicos del conocimiento, la moral y la política, de manera que la ciencia –epistemé- es el arma maestra contra la corrupción de la Polis y el relativismo de los sofistas.

Taxonomía: criterio razonado de clasificación de los tipos de especies animales y vegetales.

Sofistas: (sophós: sabio, sophia: sabiduría) Corriente de pensadores denominados por el vulgo "sabios" o "filósofos" a los que Sócrates y Platón tachaban de farsantes e impostores. Encontraron su escenario histórico perfecto en el ágora ateniense del siglo V –conocido como Siglo de Pericles o Siglo de Oro de Atenas- especialmente en los tiempos de la democracia. En la escena pública, tribunales y asamblea popular, su verbo fluido, su liderazgo y su astucia les permitía influir sobre la ciudadanía e inclinar las decisiones asamblearias en su propio interés. Fundaron escuelas a las que se pagaba por asistir y donde se enseñaban las disciplinas que, como la Oratoria o las Leyes, propiciarían el acceso del individuo al éxito social. Protágoras, autor de la frase "el hombre es la medida de todas las cosas", defiende la doctrina del Relativismo, según la cual la verdad no puede tener valor universal, de manera que lo que llamamos verdadero resulta siempre de criterios subjetivos y puntos de vista personales y limitados. No hay pues verdad en el sentido platónico o universal, sino más bien opinión. En un sentido cercano se pronuncia Gorgias, padre del escepticismo, doctrina según la cual el conocimiento, entendido como la adecuación perfecta y absoluta de mi pensamiento a lo real, es una ilusión imposible, lo cual supone que el conocimiento, propiamente dicho es una fantasía que termina imponiéndose por la fuerza y ahoga la libertad de creencia. Sócrates y, por ende, Platón se enfrentaron durante años a los sofistas, a los que acusaban de haber deteriorado la integridad moral de la polis con la relajación moral que extendía su relativismo.

Convención: aquello que ha sido acordado o pactado. La frase de Protágoras –el hombre, medida de todas las cosas- implica que todo aquello a lo que llamamos comúnmente verdadero no es sino el resultado de un acuerdo entre personas. Así, la palabra "árbol" designa la realidad que designa por la misma razón por la que hemos convenido que los dioses nos protegen, los atenienses son especies de "antropós" superiores a los extranjeros y bárbaros o comer perro es malo y comer conejo es bueno. Tales criterios son relativos a los contextos espaciales y epocales, es decir, ahora odiamos la tortura pero en el siglo XVII era una verdad aceptada que podía ser buena, y en España comemos cerdo, cosa que entre los árabes es repugnante.

Hedonismo (hedoné: placer) Escuela surgida en la Grecia tardía o helenística y que determina la conquista del placer como fin último de la vida humana. Atribuimos sus contenidos filosóficos más poderosos a Epicuro, cuya concepción hedonista ha sido históricamente desprestigiada por la tradición cristiana, que aún hoy nos hace hablar negativamente del "hedonismo irresponsable y la relajación de costumbres". Pero Epicuro intenta enseñarnos cómo cuidar de nosotros mismos, alcanzando la sabiduría necesaria para hacer los placeres duraderos. Designa que el principio del placer es la ausencia de dolor, de ahí que, al tiempo que aconseja el uso inteligente de placeres como el vino o el amor, desaprueba los excesos, que terminan conllevando la enfermedad y, en consecuencia, la extinción del placer. Es hedonismo inteligente aquel que diferencia entre placeres a largo plazo como la amistad, el arte o el amor, y placeres inmediatos o a corto plazo, como la comida, el sexo o el descanso.

Ilustración (lux: luz) Metafóricamente, asociamos la luz al conocimiento y las tinieblas a la ignorancia. En la historia, la Ilustración o Siglo de las Luces (XVIII) es la época en la que, según Kant, "la especie humana abandona su culpable minoría de edad". Los Ilustrados proclamaron el triunfo de la Diosa Razón frente al oscurantismo, que asociaban al dogmatismo y la superstición propia de las sociedades teocráticas medievales. Creían que el saber y la ciencia iban poco a poco haciendo la luz sobre las nieblas de la ignorancia y construirían un mundo más feliz y habitable para el hombre. La educación y la extensión del conocimiento a través de la Enciclopedia serían el motor de ese proceso de iluminación, el cual llevaría al progreso, entendido como la acumulación y uso del conocimiento a través de las generaciones, que ha de llevar a un mundo cada vez mejor. Con todo ello, la humanidad se libraría del peso de los grandes poderes míticos, la iglesia y la aristocracia, que se habían esforzado por mantener durante siglos a la plebe en la ignorancia para asegurar su servidumbre. Esta concepción mantuvo a los ilustrados franceses en conflicto durante el siglo XVIII contra el Antiguo Régimen, de ahí que la Revolución Francesa de 1789, que derrocó la monarquía absoluta y el poder de la nobleza, sea considerada como una de sus consecuencias. Entre los grandes ilustrados destacamos a Voltaire, Rousseau y Montesquieu, además de los padres de la Enciclopedia, Diderot y D´Alembert. Fuera de Francia debemos referirnos al alemán Kant, al inglés Locke o al valenciano Mayans i Ciscar.

Estado de Naturaleza. Concepto hipotético o imaginario propio de la tradición del Contractualismo, cuyos autores defendían que el hombre abandona su condición salvaje y abraza una forma comunitaria de vida a través de un gran pacto social o contrato, el cual supone la entrega del poder político a una minoría de personas, las cuales a cambio habrán de garantizar ciertos derechos naturales a los súbditos, como la vida, la propiedad o la libertad.
Para Hobbes, el Estado de Naturaleza es una "Guerra de todos contra todos", de ahí su famosa afirmación "homo homini lupus". La condición natural del hombre es el egoísmo absoluto, de manera que, si se nos deja actuar en plena libertad, terminamos destruyendo al vecino para satisfacer cualquier necesidad, por mínima que sea. La única manera de asegurar la supervivencia es convenir la entrega del poder a una institución política autoritaria, un gran Estado castigador o Leviatán, capaz de disuadir a los súbditos de la violencia haciéndoles sentir terror. Rousseau, por el contrario, defensor de la idea del "buen salvaje", cree que el Estado Natural es relativamente pacífico e incluso plácido, pues el hombre tiende por naturaleza a no agredir ni a buscar a los demás mientras no los necesita. El problema de la condición salvaje es que deja al hombre en situación de anquilosamiento, sin posibilidad de transmisión del conocimiento ni de mejora. Si el hombre pacta la renuncia a su absoluta libertad de salvaje es solo a cambio de que el nuevo estado respete no solo su vida sino en especial su libertad. Podemos considerar que Rousseau es un precursor de la democracia.

Polis: Ciudad-Estado característica de la Antigua Grecia. La polis, por ejemplo la Atenas del Siglo V, presume de tener capacidad de autogestión, de ahí el complejo de superioridad de los griegos, que creían poder dirigir racionalmente su vida comunitaria a través de la política, al contrario que los bárbaros, tribus dirigidas por el instinto o por poderes irracionales u hordas nómadas, incapaces de establecer instituciones civiles como las de los griegos.

Inteligencia: (inter lligare: unir o ligar entes separados) Hay cierta tendencia a asociar la inteligencia con el entendimiento o la comprensión, es decir, con facultades propias de un ser racional. Desde tal punto de vista, habríamos de convenir en que sólo el ser humano es propiamente "inteligente". Hay quien la define como la capacidad para adaptarse a situaciones novedosas, es decir, para adquirir respuestas no programadas ante estímulos no previstos. En este caso diríamos que la inteligencia es propia de animales superiores, desde simios hasta aves y otros sistemas nerviosos complejos. Nos quedaremos con la definición que permite una mayor extensión en los tipos de conducta, de manera que inteligencia sería la capacidad de un sistema nervioso para actuar ante el medio, afrontando y solucionando problemas relacionados con la supervivencia, la protección, la reproducción, etc… La forma más básica de inteligencia es la instintiva, presente en todas las especies animales y que se desarrolla a partir de la herencia genética. La respuesta instintiva es una pauta fija de acción que tiende a responder de manera inmediata y automática. La inteligencia por ensayo-error supone mayor complejidad, pues en ella el individuo prueba distintas posibilidades hasta que por casualidad da con la respuesta acertada. Entonces "fija" dicha respuesta acostumbrándose a aplicarla en todos los casos. La inteligencia imitativa, exclusiva de animales superiores, implica la fijación de una respuesta acertada a través de la observación de conductas ajenas. Finalmente, la conducta racional, exclusiva de los seres humanos, aunque se atribuye entre los biólogos a algunas especies mamíferas en estado muy embrionario –como los chimpancés o los delfines-, es la más compleja y sofisticada. Supone la intervención del entendimiento, cuyo contenido son realidades abstractas llamadas conceptos.

Enculturación: Proceso de transmisión de conocimientos, actitudes, valores, creencias, idioma, etc… de unas generaciones a otras. Los grandes agentes tradicionales de la enculturación son la familia, la escuela y la iglesia.

Cultura: (Cultus, acción de cultivar algo) Tendemos a referir cultura al conjunto de producciones intelectuales que, al acumularse, dan lugar a la persona culta o instruida. De esta manera, la obra de Cervantes o un manual de legislación son cultura, pero no los aperos de labranza o el idioma. Esta definición resulta estrecha. Hoy diríamos que es la totalidad de conocimientos, creencias, artes, técnicas, leyes, moral, costumbres que constituyen la vida de una comunidad y de cada individuo que la forma. Todo pueblo, tribu o comunidad tiene un proyecto, diseño o esquema de pautas de conducta que habitan explícita o implícitamente en nosotros, que se constituyen históricamente y que, por encima de todo, establecen las bases de la convivencia.

Ciencias Humanas: En el uso tradicional, llamamos "Humanidades" a los estudios de la cultura, saberes básicamente reflexivos cuyo criterio de verdad no se restringe al puro cálculo ni a la pura experimentación, sino que se basa más bien en la reflexión y en la coherencia del discurso. Encontramos así la Filosofía, los saberes filológicos, la Historia o el Derecho. En el siglo XIX empieza a hablarse de "ciencias humanas" a aquellos "saberes del hombre" que, como las ciencias físicas, son capaces de integrar en sus procedimientos métodos propios de las ciencias experimentales y cuantificacionales. Así, nos encontramos la Economía, la Antropología, la Sociología o la Psicología.

Etnografía: (Etnós: raza; grafós: escritura, descripción) Fase inicial del estudio antropológico. El etnógrafo viaja a pueblos exóticos, preferentemente salvajes y los observa anotando cuidadosamente sus formas de vida, costumbres, pautas morales… En aras de perfeccionar su investigación, puede llegar a vivir entre ellos, integrándose mediante el aprendizaje de la lengua y la adquisición de sus hábitos de vida. El verdadero antropólogo es más bien el etnólogo, es decir, el investigador que recoge los informes del etnógrafo para establecer teorías sobre aspectos de relevancia filosófica como la naturaleza humana, la enculturación, la religión, etc…

El Niño de Aveyron: En el siglo XVIII apareció en una localidad francesa un niño-lobo o niño salvaje. Al parecer habría sido abandonado al nacer y cuidado por una loba, de tal manera que los cazadores que lo descubrieron llegaron inicialmente a confundirlo. Creó un gran interés entre los intelectuales ilustrados porque en aquel tiempo era tema de debate la naturaleza humana, que implicaba el interrogante sobre la existencia del alma, de manera que vieron en Víctor la posibilidad de llegar a conclusiones. Fue educado durante meses por un pedagogo que lo sacó de su condición salvaje y le hizo aprender muchas cosas. No puede decirse, sin embargo, que llegara a socializarse ni a desarrollar una conducta propiamente racional; Víctor había sido enseñado como lobo en sus años clave de desarrollo mental y ya difícilmente podría transformarse en otra cosa. Esto demuestra que la inteligencia humana, más que algo concreto y determinado, se caracteriza por su plasticidad, es decir, su radical apertura, como una hoja en blanco que puede adaptarse al hábitat en el que se forme.

Difusión cultural: Según muchos antropólogos es el proceso por el cual se transmiten los conocimientos e innovaciones culturales de unas tribus a otras. Descubrimientos como el del fuego no serían en la mayoría de tribus autóctonos, sino resultado de alguna imitación.

Etnocentrismo ( ) Equiparable al racismo, complejo de superioridad propio de una raza. Esta no solo cree que su constitución física y su inteligencia son superiores, sino que sus costumbres, creencias y hábitos de vida en general son "naturales" o "normales", de manera que las pautas diferentes de los demás pueblos son degradaciones o anomalías. La doctrina nacional-socialista declara la superioridad de la raza aria o germánica, y, de igual manera, los judíos tienden a considerarse pueblo elegido por Dios. Históricamente, los pueblos de origen europeo han sido fuertemente etnocéntricos, lo que explica la perduración hasta el siglo XIX de las prácticas esclavistas legales.

Determinismo biológico: (determinare: señalar los límites) Principio según el cual los organismos no racionales, en especial los sistemas nerviosos simples, no tienen capacidad de adaptación o de variabilidad de respuestas, de manera que el sistema de pautas fijas de acción transmitido a través del código genético determina prácticamente todas las conductas del individuo.



Aristóteles: Discípulo de Platón y fundador del Liceo, se le reconoce también por haber sido maestro de Alejandro Magno. El sistema de conceptos filosóficos de Aristóteles es el más influyente de la historia por su totalidad, densidad y rigor, de ahí que todo el pensamiento de la Edad Media esté profundamente tiznado de aristotelismo. Aristóteles funda la lógica clásica, que da cuenta de los principios básicos del pensamiento posible, como el de identidad, negación o no contradicción, así como los silogismos.
Axioma: verdad tan evidente que no necesita de demostración. Los principios básicos de la Lógica, como el de identidad, son axiomáticos, y sin ellos no pueden demostrarse o deducirse los demás principios.

Razón (logos) Facultad que asociamos al poder para regular la acción a partir de cierto nivel de abstracción determinado por el uso del lenguaje, facultad para inteligir o reflexionar y hacer uso de conceptos para acceder a lo verdadero. Se asocia también a la capacidad para establecer un razonamiento, es decir, para establecer consecuencias correctas a partir de principios conocidos.

Intuición / Concepto: Coloquialmente hablamos de "intuir" en el sentido vago de "presentir", es decir, experimentar algo de manera vaga e improbable. Filosóficamente, debemos entender intuición como "intuición empírica", es decir, como la experiencia por la cual una sensación se refiere a un objeto. El concepto es la representación intelectual de una imagen. Mediante el entendimiento, trascendemos la sensibilidad, que se revela como pasiva frente al carácter activo de aquél. Según Kant, el conocimiento es posible por la síntesis entre los dos ámbitos, de ahí su afirmación "los conceptos o categorías sin sensaciones son vacíos, las sensaciones sin conceptos o categorías son ciegas". Sin embargo, hay que diferenciar con precisión ambas cosas, pues el concepto es espiritual o abstracto mientras la sensación es material o concreta… de igual forma el concepto es universal y la sensación es singular.

Ciencia. (epistemé o scientiae) Llamamos así al saber con fundamentos y con validez universal e independiente de la opinión. Platón llama científico o epistémico al conocimiento capaz de establecer enunciados universales y necesarios, de ahí que sitúe a la Filosofía, capaz de acceder a las ideas más abstractas, en lo alto del edificio del conocimiento, incluso por encima de las matemáticas y, por supuesto, de las opiniones. Todo modelo científico debe aclarar el status de lo verdadero, es decir, debe clarificar su propio criterio de demarcación de los enunciados verdaderos y los falsos. Así, las ciencias físicas se sirven de criterios empíricos o experimentales (verdad como correspondencia), mientras que las ciencias formales como la lógica o las matemáticas determinan como verdaderos los enunciados que se ajustan a las reglas que constituyen el sistema (verdad como coherencia). También podemos decir que las primeras son inductivas y las segundas deductivas.

Deducción/ Inducción. Un razonamiento deductivo consiste en una serie de enunciados iniciales o premisas de los cuales deriva necesariamente una conclusión. La validez de una deducción es puramente formal o racional, no requiere comprobación empírica, de manera que si decimos que "todos los hombres son mortales y que Sócrates es hombre", la conclusión "Sócrates es mortal" se habrá de considerar necesariamente válida sin que se requiera contrastar el hecho en la experiencia. Una inducción es aquel razonamiento o inferencia en que la comprobación en la experiencia de una serie de casos particulares da lugar a una ley o regla general. Así, razonamientos del tipo "los insectos tienen seis pares de patas" o "las familias desestructuradas son propensas a generar fracaso escolar en mayor medida en los niños" son del tipo inductivo.

Objetividad. (objectum: objeto) Se habla de hacer juicios objetivos por oposición a los "subjetivos", que se asocian a lo aparente e irreal y que no tienen más validez que la puramente personal. Somos objetivos cuando aludimos a realidades que tienen validez universal y que subsisten por sí mismas, es decir, que son lo que son con independencia de las perspectivas de quienes las observan. El comportamiento científico necesita ser objetivo, dado que cuando un enunciado viene condicionado por opiniones, estados de ánimo o expectativas personales, entonces la posibilidad de que el enunciado sea válido resulta más difícil.

Progreso: Fe en el avance de la especie humana en el tiempo. Los ilustrados del siglo XVIII pensaban que la historia discurría "hacia mejor" porque el hombre estaba racionalizando progresivamente el mundo. Abriéndose camino entre las tinieblas de la superstición y la ignorancia, la ciencia conquista cada vez más territorios, lo que habría de llevar a una sociedad con mayor conocimiento, virtud moral, justicia y felicidad para el mayor número de personas. En nuestro tiempo, la incapacidad del hombre para universalizar la justicia o impedir la pobreza, y el poder destructivo de las nuevas guerras, de lo que el mal uso de la tecnociencia es en parte responsable, ha planteado interrogantes sobre la fe de los ilustrados en el progreso científico y, sobre todo, moral de la humanidad.

Dogmatismo: En el contexto religioso, se llama dogma a la verdad de fe, es decir, aquel principio que se considera indiscutible y que, presuntamente, no puede someterse al debate racional, siendo reconocido de tal manera por la autoridad eclesiástica. Llamamos dogmática a aquella doctrina, religiosa o no, que se considera incontestable; igualmente, llamamos dogmático a aquél que defiende ciertas ideas –dogmáticas o no- pretendiendo que no pueden discutirse, lo que acerca el dogmatismo al fanatismo.

Escepticismo: (skeptikos: el que observa con atención) Históricamente, la escuela escéptica nace en la Antigua Grecia con el sofista Gorgias, continuando en la época helenística, con Pirrón. Su objetivo era enfrentarse al dogmatismo y propugnaba la conveniencia de "suspender el juicio", es decir, de no pronunciarse ante preguntas sobre grandes principios como si los dioses velan por nosotros o cuál es el bien supremo. Cuando el escéptico se radicaliza, llega a negar la posibilidad de cualquier verdad universalmente válida, de manera que la ciencia siempre será una ilusión humana, tanto como la posibilidad de establecer un conocimiento que no dependa ni del lugar, ni de la época ni de la perspectiva del sujeto. El escéptico radical se entiende así como un "descreído", aquel que ha perdido la fe en la razón y tiende a sumergirse en el cinismo.

Crítica: (kritikós: el que juzga) Todo análisis valorativo, desfavorable o no, es crítico, en la medida en que somete algo a juicio. Es crítica –o tiene "espíritu crítico"- aquella persona que no admite una afirmación sin haberse planteado su validez. El crítico se interroga, pasa por el filtro de la duda cualquier creencia, empezando por las suyas propias, y acaba desechando aquellas que no traspasan dicho filtro.

Hipótesis (hipótesis: lo que se pone en la base de una construcción) Conjetura. Supuesto de verdad que se encuentra todavía en duda, y que habrá de ser después comprobado o desechado a través de la experimentación o de cualquier otro procedimiento demostrativo. El método científico que ha caracterizado a la ciencia moderna desde Newton (método hipotético-deductivo) se sirve por sistema de hipótesis porque estas encaminan la investigación y le dan sentido.

Teoría: En el uso coloquial, llamamos teórico a aquel conocimiento que no está destinado a contrastarse en la práctica, de manera que se le atribuye cierto matiz peyorativo, como si "hablar en teoría" fuera especular o expresarse hipotéticamente. En el ámbito científico llamamos teoría a un sistema de leyes que sirven para explicar cierta clase de fenómenos. Así, hablamos de la "Teoría mecánica clásica", de la "Teoría heliocéntrica" o de la "Teoría de la Evolución"…

Predicción: Enunciado de expectativa, es decir, supuesto o hipótesis de algo que va a suceder. En el terreno científico, la predicción puede no considerarse hipotética si se instala dentro de un marco teórico de leyes contrastadas. Así, puedo decir que Fuerza es igual a masa por aceleración y que mañana lo va a seguir siendo. Existen sin embargo ciencias, por ejemplo la meteorología que son predictivas por definición y sus expectativas tienden a ser hipotéticas porque no pueden asegurarse a priori.

Verificación: Procedimiento científico que determina la verdad de un enunciado hipotético. En las ciencias formales como lógica o matemáticas, la verificación supone el ajuste a las normas del sistema, es decir, la coherencia. En las ciencias experimentales, la verificación se efectúa mediante contrastación empírica.

Falsación. Procedimiento que demuestra la falsedad de un enunciado o teoría. Según algunos pensadores, una teoría puede ser considerada verdadera mientras no es falsada, es decir, que no necesita ser verificada, sino más bien que no se demuestre su falsedad.

Paradigma. (paradeigma: modelo, ejemplo) Desde Platón, se llama paradigma al ideal, es decir, al ejemplo espiritual y de máxima perfección para cualquier ente existente. En la actualidad, el filósofo de la ciencia Thomas S.Kuhn llama así al modelo de trabajo específico de la comunidad científica en una cierta época. Así, ese modelo se inspira en una imagen ejemplar, algo así como un mito fundacional (como el paradigma de Galileo en la ciencia del XVII, el de Aristóteles en la medieval, o el einsteniano en el siglo XX) a partir del cual se hacen comunes en la ciencia normal una serie de métodos, criterios de verdad o estilos enunciativos. Kuhn considera que la ciencia discurre históricamente a golpe de grandes revoluciones o saltos, es decir, uno o varios científicos demuestran con sus descubrimientos y métodos la impropiedad del modelo reinante y, a partir de ahí, la ciencia normal va asumiendo el nuevo paradigma. Esto le lleva a afirmar la teoría de la inconmensurabilidad de los paradigmas, según la cual el conocimiento científico no evoluciona en pos de la verdad a lo largo del tiempo, sino que cada época concibe el mundo de una manera distinta y que no puede ser comprendida por los seres humanos de una época distinta. Así, no entendemos el mundo mejor que un medieval, lo entendemos de una manera distinta, y eso significa que ni nosotros podríamos asimilar nuestra concepción ni él la nuestra.

Libre de/ Libre para: El fenómeno de la libertad humana contiene dos momentos. Nos hallamos "libres de" en tanto que nos quitamos cierto peso de encima, nos liberamos de algo que nos sobra o nos embaraza, limitando la capacidad de maniobra de nuestra voluntad. Una vez libres de algo, somos "libres para", es decir, podemos actuar a voluntad, elegir entre distintas opciones.

Determinismo: Concepción según la cual todo lo que sucede, en especial los hechos debidos a la acción humana, están absolutamente determinados por los hechos precedentes, de tal manera que nada es azaroso o imprevisible. Esto supone que, pese a creernos libres, nuestra conducta está determinada por circunstancias externas o ajenas a nuestra voluntad, de tal manera que la libertad no es entonces sino una ilusión humana.
-Determinismo metafísico. Creencia vinculada a la fe religiosa según la cual la vida –o al menos sus hechos fundamentales- transcurren según un plan trazado por fuerzas sobrenaturales. Así, los antiguos griegos predecían el futuro a través del oráculo, donde se revelaba el plan del destino. Otros muchos pueblos, partiendo del principio de que "todo está escrito", han creído poder interpretar el plan del destino a través de la astrología, la quiromancia o ciertas palabras sagradas. Grandes religiones como el cristianismo establecen cierto tipo de determinismo, normalmente a través de textos sagrados, como cuando advierten la llegada futura de un Mesías salvador.
-Determinismo científico o natural. Partiendo del principio científico de que todo ocurre por un motivo explicable, y la misma causa produce el mismo efecto, entienden que el azar no es sino el nombre que le damos a aquello que todavía la ciencia no es capaz de explicar. Así, decimos que algo sucede aleatoriamente porque no sabemos cuáles son exactamente las causas que lo determinan.

El demonio de Laplace. Teoría determinista que tiende a sobrevalorar las posibilidades explicativas de las ciencias físicas. El optimismo de los ilustrados hizo pensar que si la ciencia podía explicar cada vez mayor cantidad de fenómenos, era imaginable que, en un futuro, el conocimiento absoluto de todos los fenómenos acaecidos y de todas las causas, nos podría permitir predecir todo lo que podría ocurrir en un futuro. Así, Laplace idea la hipótesis de un genio absoluto –un "demonio"- capaz de predeterminar todos los acontecimientos, de tal manera que factores de imprevisibilidad como el azar o la libertad terminarían desapareciendo, desacreditados como simples fantasías. Las ciencias contemporáneas ha abolido esta concepción.
El gen egoísta. Modelo de explicación determinista debido al auge obtenido por la genética desde la segunda mitad del siglo XX. Su autor es el biólogo Richard Dawkins, el cual afirma que los individuos somos "máquinas de genes", es decir, que el mecanismo que realmente gobierna el mundo natural no es nuestra necesidad de supervivencia, sino la de los genes. Durante un tiempo cumplimos la misión de proteger nuestros genes y extenderlos, una vez hecho esto el gen nos deja envejecer y morir porque ya no nos necesita. Así, funciones que consideramos dependientes de nuestra libre voluntad, como la de buscar pareja sexual, comer o buscar un trabajo están de manera directa o indirecta determinadas por la presión a la que somos permanentemente sometidos por el programa genético. En suma, es el gen el que tiene el poder, es él quien aspira a la inmortalidad, nosotros solo somos su herramienta.

Existencialismo. Corriente de pensamiento iniciada en Kierkegaard, seguida por autores como Unamuno o Heidegger, y que tiene su mayor representante en Jean-Paul Sastre. La frase de este último –"la existencia precede a la esencia"- caracteriza a la doctrina existencialista. La idea es que no es algún tipo de género, esencia o concepto colectivo lo que me define, sino el hecho casual de que estoy aquí, de que existo. Así, no soy mujer, católico, español o comunista, antes que eso soy una subjetividad obligada a decidir seguir viviendo y construir su propia vida a cada momento. La angustia vital, ese sentimiento terrible de tener que tomar decisiones respecto a mi propia vida en cada momento, acompaña irremediablemente a la subjetividad humana. El existencialista, frente al determinista, no solo cree en la libertad, es que cree que "solo" somos libertad. El hombre es un ser indeterminado, nada en él está escrito, su vida y su identidad serán aquello que él decida, y habrá de decidirlo todo –incluso seguir con vida a cada momento- sin la excusa de apoyarse en otros. Estará solo ante su propia libertad, condenado paradójicamente a ser libre. La libertad es lo único que no somos libres de elegir, somos libres lo queramos o no.

Valores. El valor se aplica a aquello que consideramos digno de estima y aprecio. En economía se asocia al precio de las cosas. En ética, entendemos que un valor puede ser un modelo o arquetipo digno de admiración y aprecio, de ahí que se hable de una sociedad sin valores cuando se entiende que a nuestras colectividades les faltan ideales.

Código de Hammurabi.
 Primero de los grandes sistemas jurídicos y legales de la historia. Fue promulgado por un rey sumerio y exhibido en público con escritura en granito. Contiene cientos de normas, y en especial prohibiciones acompañados de los castigos previstos para su violación, lo que ha creado la imagen del código como un ejemplo de crueldad. Se trata sin embargo de un sistema muy avanzado destinado a asegurar la convivencia.

Ética (ethos, carácter) La ética es la rama de la filosofía que se ocupa de las costumbres y la conducta moral. Su reflexión se ocupa de la fundamentación del bien y del mal, los fines deseables, el deber moral. No se debe confundir con "moral", que es más bien el objeto de estudio de la Ética. La moral es el conjunto de normas de conducta a que me acojo ante una situación que requiere solucionadas no solo técnicas, sino asociadas al deber.



Política. (polis, ciudad) En términos intelectuales, llamamos así a la teoría del estado, la cual consiste en juzgar la bondad o maldad del estado real y proponer el estado ideal determinando las características del régimen político adecuado. En la práctica, llamamos así al arte del gobierno y la gestión del poder.

Poder. En sentido etimológico, lo asociamos a la raíz latina potestas cuando lo entendemos de forma sustantiva, es decir, como el lugar ocupado por quienes de forma efectiva e institucionalizada ejercen el gobierno. En sentido de potentia, se trataría más bien de la facultad o capacidad para actuar. La concepción tradicional –potestas-, también llamada concepción soberanista, trata el Poder como un espacio localizado y estable que podemos asociar al Estado y, si se quiere, al Capital, de manera que el poder se ejerce siempre en vertical, de arriba hacia abajo, de forma jerárquica, estableciendo la relación unilateral entre un polo activo que ejerce el poder y otro pasivo que es su súbdito o víctima. En la concepción contemporánea de Michel Foucault, heredada de Nietzsche y su teoría de la voluntad de poder, el poder es más bien un juego de relaciones, un espacio horizontal sometido a fuerzas que todos ejercemos donde somos algo más que dominadores y dominados. El poder aquí es una microfísica: "el poder está en todas partes, mejor, viene de todas partes". Esta concepción recoge el principio que define el poder como la capacidad de influir sobre los demás. Así, no solo el gobierno propiamente dicho o las relaciones laborales marcadas por el capital son "poder", también lo pueden ser la familia, la escuela, los grupos de amigos… todo es poder en la medida en que todos pugnamos por ejercer influencia sobre los demás.

Legalidad/ Legitimidad. (lex,ley; legalis,legalidad) Es legal lo que se ajusta a la ley establecida, es decir, la acción conforme a la ley que se lleva a cabo no por respeto a la dignidad de la ley misma, sino porque "conviene" cumplirla. Actuar legalmente es ajustarse al Derecho Positivo, es decir, al conjunto de leyes vigentes en una comunidad. Otorgamos legitimidad a lo que se ajusta a la ley moral, es decir, que consideramos legítima o ilegítima una acción en la medida en que la consideramos moralmente aceptable, con independencia de si se ajusta o no al derecho positivo.

Teorías de la legitimación. Actualmente se llama así a toda teoría política. Es aquella doctrina que da razones a favor de un modelo político que está en práctica o que no lo está pero debería aplicarse. Los ideólogos de un sistema defienden el régimen vigente, tratan de demostrar que es el mejor posible, que sus detractores están equivocados y que sería desastroso derribarlo y sustituirlo por otro. Los críticos o revolucionarios, por el contrario, elaboran teorías políticas que aspiran a ser puestas en práctica mediante leyes y normas cuya aplicación y mantenimiento sean garantizadas por las nuevas instituciones.
Por ejemplo, el Apartheid, fue una práctica política aplicada legalmente en la República Sudafricana hasta tiempos recientes. Consistía en excluir por ley a la mayoría negra de los puestos de prestigio y poder, accesibles solo a la minoría blanca. Algunos teóricos legitimaban esta práctica racista basándose en presuntos datos científicos e históricos que proclamaban la inferioridad de la raza negra. En el siglo XVII, el pensador británico Thomas Hobbes, legitimó la práctica de un Estado represor, duro y casi totalitario (asociado en aquel tiempo a la Monarquía Absoluta y en la actualidad a las dictaduras totalitarias), basándose en la presunción antropológica de que "el hombre es malo por naturaleza". Con la idea de que "el hombre es un lobo para el hombre", Hobbes pretendía hacer ver que, si no se nos aterroriza y castiga duramente, tendemos a asesinar o robar al vecino, pues somos por naturaleza egoístas, envidiosos y violentos. En plena Revolución Industrial, Karl Marx defendió la alternativa revolucionaria a la sociedad de clases –el socialismo- basándose en sus estudios de historia, sociedad y economía que demostraban que el capitalismo hacía a la mayoría de la población cada vez más pobre.

Democracia. (demos, pueblo; cratia, gobierno, poder) Se define como aquel régimen en el cual la soberanía reside en los ciudadanos. Su principio es la isonomía, es decir, la igualdad ante la ley.
La democracia es históricamente fundada en la polis de Atenas, en el siglo V antes de Cristo, también llamado Siglo de Pericles. Se trataba de un modelo asambleario o de democracia directa. Los miembros de la asamblea se reunían en el ágora (plaza pública) y en los tribunales, y decidían las leyes y medidas de gobierno por votación inmediata.
Este modelo restringía sin embargo la condición de ciudadano con derecho a participar en la asamblea a un porcentaje de personas restringido, negándoselo a mujeres, esclavos y extranjeros.
La democracia moderna ha perdido su carácter asambleario, convirtiéndose en democracia indirecta, representativa o parlamentaria. Organizaciones de expertos en gobernar o profesionales de la política denominadas Partidos compiten entre sí cíclicamente para obtener la representación parlamentaria, de manera que los ciudadanos delegan sobre ellos la responsabilidad de legislar y gobernar. La pérdida del ágora ha restado protagonismo y poder de decisión al pueblo –lo que plantea interrogantes sobre el sentido etimológico del término "democracia"-, pero también es cierto que no restringe la isonomía y la participación política como el modelo ateniense. Además, las constituciones modernas suelen prever la posibilidad del referéndum, consulta –vinculante o no- en la que cada ciudadano se pronuncia directamente sobre una cuestión trascendental para el Estado.

Mesianismo. Creencia difundida por los profetas en la venida del Mesías, un liberador que salvará a los hombres del Mal en el mundo y construirá el Reino de Dios en el mundo. El término suele extenderse desde la religión a la política para aplicarse a doctrinas que, como el nazismo o el marxismo, anuncian la liberación y un futuro de felicidad en una nueva edad de oro.



dimarts, 10 de setembre del 2013

2º BACHILLER PLATÓN


 

 LA REPÚBLICA. PLATÓN.
LIBROS VI Y VII.

1. PLATÓN Y LA ATENAS DEL SIGLO V


En la floreciente Atenas del V antes de Cristo nos encontramos la primera democracia de la historia. Como evidencia la etimología, democracia significa poder del pueblo (demos), el cual se rige por el principio de la isonomía y la potestad para todo ciudadano de participar en la Asamblea. La democracia antigua es directa, lo cual supone que en la Asamblea se debaten y aprueban las leyes de la ciudad, así como decisiones trascendentes como la guerra o la elección de magistrados para los tribunales.

Pese al incuestionable esplendor económico, militar o cultural del llamado Siglo de Pericles, el último tramo de la centuria, que coincide con la juventud de Platón, es especialmente conflictivo en la polis. Se registra una rivalidad muy violenta entre los partidarios de la democracia y los de la oligarquía. Es también notable la incidencia sobre la vida de los atenienses de las Guerras del Peloponeso, que terminaron en el 404 a.c. con una terrible derrota ante Esparta, lo cual supone el fin de la hegemonía ateniense sobre la zona, incluyendo el mar Egeo. Los espartanos impusieron, a cambio de no saquear y destruir la ciudad, un gobierno servil sobre el que ejercían total control. Este corto proceso, llamado de los Treinta Tiranos, acabó con una revuelta democrática.

Platón fue discípulo y amigo de Sócrates, quien le influyó enormemente. Participó en la política activa, sobre todo durante sus estancias en Siracusa (Sicilia) al servicio del Rey Dión, alguna de las cuales pudo acabar con su vida. También tuvo la oportunidad de colaborar con los Treinta Tiranos, entre los que había algún familiar suyo, pero la rechazó. Esta experiencia y, muy especialmente, la condena a muerte de la Asamblea a Sócrates, le convencieron de que tanto la democracia como la oligarquía eran incapaces de gobernar una ciudad con justicia y armonía, de ahí su famosa frase de la Carta VII: "Todos los estados están mal gobernados". Hay que tener en cuenta lo mezquino de las imputaciones a Sócrates -corrupción a la juventud e impiedad religiosa- y el que Platón le considerara el mejor de todos los hombres.

Convencido de que la política activa era una vía muerta para implantar la justicia, decidió fundar en 387 la Academia, escuela de filosofía que pretendía formar en la sabiduría más elevada a los futuros gobernantes, propiciando con ello la puesta en práctica de su propuesta del "Gobierno de los Filósofos". 

2. PLATÓN Y LA FILOSOFÍA GRIEGA

Los presocráticos

La Grecia del siglo VI es protagonista de uno de los fenómenos fundacionales de la civilización occidental. Curiosamente es en las esquinas de la Hélade -Jonia en el Asia Menor, y la Magna Grecia en la región itálica- donde aparecen las primeras explicaciones sobre el origen y la naturaleza del mundo de tipo científico-racional, lo que conocemos como "paso del mito al logos". Los presocráticos buscaban el arjé, es decir, un primer principio a partir del cual existe el universo. Así Tales de Mileto decía que el primer principio era el agua, Anaxímenes lo dijo del aire, de ahí que a los primeros pensadores de Jonia se les conozca como "físicos", incluyendo a Heráclito, quien decía que el principio universal era el fuego.  Por el contrario, los filósofos itálicos como los pitagóricos o Parménides trabajaban con explicaciones abstractas o especulativas, lo cual supone que es la razón y no los sentidos quien puede alcanzar la verdad. Es importante constatar que Platón edificará su pensamiento a partir de la influencia de estos últimos y no de los jonios. La razón es que, para Platón, la filosofía no debe estudiar el mundo natural, pues lo físico es cambiante, múltiple y corruptible. La razón no puede hacer ciencia a partir del cambio, pues de lo cambiante podemos hacer opinión (doxa) pero no conocimiento real.

Detengámonos en estas influencias. El pitagorismo arranca del principio de que la esencia del mundo es numérica, es decir, que el ser tiene una estructura matemática y está sujeto a la armonía aritmética. La escuela de Pitágoras abraza la tradición religiosa de los órficos, que creen en una noción muy antigua en Grecia, la reencarnación o transmigración de las almas. Para un órfico-pitagórico el cuerpo es una prisión para el alma, de manera que ésta tiene que luchar para liberarse de él. ¿Cómo? A través de la sabiduría, el conocimiento de la esencia matemática del universo. La influencia del matematicismo itálico será decisiva en Platón.

Heráclito de Efeso es un personaje clave. Su frase "No te bañarás dos veces en el mismo río" supone que el universo es puro cambio, devenir,  "todo fluye", nada permanece, todo se consume en el fuego universal. Platón entiende perfectamente que en el medio natural todo es devenir, todo nace y muere, pero se aleja de él cuando no reconoce la existencia de entidades ajenas al cambio, lo que aboca al callejón sin salida del conocimiento imposible, pues no puede haber conocimiento de lo que está sometido a la mutación y la corrupción. La pista buena vendrá nuevamente de tierras itálicas, concretamente de Parménides de Elea, cuya doctrina se opone activamente a la de Heráclito. El eléata opone rotundamente la vía de la verdad a la vía de la opinión. Lo que encuentra la vía verdadera, que es la de la razón, opuesta a la de los sentidos, es el Ser, lo que existe absolutamente, lo eterno y espiritual, a lo que sólo podemos acceder mediante el alma. En cuanto a la vía de la opinión, es engañosa, pues se basa en las apariencias que nos transmiten los sentidos.

Sócrates y los sofistas.

La democracia ateniense del V creó el ambiente más adecuado para la espectacular irrupción en la vida pública de la ciudad del movimiento sofístico (Sophós: sabios)

Es importante aclarar que en el ágora lo que generaba admiración no era, como en los tiempos homéricos, la espada o el linaje, sino la elocuencia. El objetivo era exhibir en la asamblea o los tribunales una brillante oratoria para convencer, obteniendo así un enorme prestigio social e incluso fortuna económica. Fueron los sofistas quienes instituyeron escuelas de pago para adiestrar en las artes que, como la oratoria o las leyes, otorgaran ese éxito tan deseado. Es importante matizar que lo que se buscaba con la enseñanza sofística era la persuasión, es decir, convencer a los oyentes, pero no la verdad. Esto generó la animadversión de Sócrates y, más adelante, de Platón. Consideraban que la etiqueta de sabios con la que se presentaban los sofistas era un engaño, para ellos eran unos impostores que convertían la democracia en demagogia.

Más allá de su labor como educadores, algunos sofistas son relevantes en la historia de la filosofía. Protágoras, por ejemplo, es el padre del relativismo, plasmado en la célebre frase: “El hombre es la medida de todas las cosas”. No hay verdades absolutas, todo depende del criterio desde el que la realidad es vista, lo cual supone que verdadero es lo que a uno le parece verdadero, es decir, que no hay diferencia entre conocimiento y opinión (doxa) En una línea similar, Gorgias defendió el escepticismo, que niega a la razón la capacidad para alcanzar lo verdadero. Esto significa que nuestras palabras no pueden pretender decir la verdad, sólo sirven para conmover a la asamblea y alcanzar éxito y dinero, pero no hay verdades universales de las que un discurso pueda dar cuenta.

¿Por qué pensaban así? ¿No dejaban a la ciencia en un callejón sin salida? Hay que entender que en aquella época, fuertemente ilustrada y humanística, los sofistas reaccionaban contra las antiguas creencias que encontraban en los dioses y el orden eterno del universo el origen de los valores morales y de las leyes. Estos tienen para ellos un origen puramente humano, son convencionales, existen las leyes y las costumbres morales porque los hombres las han acordado. Esto significa que las normas son revisables y que lo justo y lo bueno son aquello que la mayoría ha decretado, lo cual supone que las normas de los persas son buenas entre los persas. Este planteamiento lleva al pragmatismo o empirismo político, que aconseja al gobernante actuar según los deseos de la gente si quiere seguir en el poder y tener éxito. En la asamblea de Atenas se trataría de halagar a la masa, decirle al pueblo lo que desea escuchar para así obtener el aplauso.

El gran oponente de la escuela sofística fue Sócrates, un tipo sabio que obtenía seguidores con la misma facilidad con la que se buscaba enemistades. Es importante reseñar que era hijo de una comadrona (mayéutica) y que jamás escribió libros, pues para él la filosofía se debe articular a través del diálogo. Es llamativo que las obras de Platón fueran mayoritariamente dialógicas, y que el protagonista fuera siempre Sócrates, acompañado de distintos personajes que hacían de discípulos. Su frase más célebre es “Sólo sé que no sé nada”, según la cual sólo reconociendo la propia ignorancia se puede llegar al verdadero aprendizaje. Esta modestia intelectual contiene ya una carga de profundidad en contra de la vanidad de los sofistas. Con el regreso de la democracia tras el desgraciado episodio de los Treinta Tiranos, fue condenado a muerte por la asamblea, que le acusó de impiedad y corrupción a la juventud. La razón de fondo fue política, y podemos suponer que contribuyó el odio y la envidia de algunos sofistas. Hay que recordar que fue maestro de Alcibíades y Critias, que tuvieron una relevancia muy negativa en la vida política ateniense. En cualquier caso, y pese a que Sócrates no proponía el retorno de la oligarquía, tampoco simpatizaba con la democracia.

Lo que sabemos de la filosofía socrática proviene sobre todo de los textos platónicos. Es el autor de la teoría de las definiciones, considerada como el primer esbozo de la platónica teoría de las Ideas y como la segunda contribución histórica a la construcción de una genuina teoría científica después de Parménides. Sócrates entendía que no podemos hablar de cosas justas o injustas si no disponemos de un criterio universalmente válido sobre qué es la justicia. Esto vale igualmente para otros principios abstractos como el bien o la belleza. Cuando Sócrates debatía, siempre preguntaba por la esencia de los grandes valores morales, negando a su interlocutor el derecho a hablar de cosas bellas, justas o buenas sin haber definido antes la esencia de tales valores. Este planteamiento arranca de la convicción de que hay o debe haber definiciones universales, es decir, ajenas al contexto o circunstancia cultural, personal o temporal desde el que se emiten opiniones, y accesibles a la reflexión filosófica. Estamos ante una evidente reacción frente al relativismo y escepticismo de los sofistas, se trata en suma de negar a la doxa la condición de único conocimiento posible. La ciencia ha de quedar siempre por encima de las opiniones.

Deriva de esta concepción el intelectualismo moral, tan enormemente influyente sobre Platón como la teoría de las definiciones. Para ser virtuoso sólo sirve ser sabio, es decir, asumir la disciplina del conocimiento. Es imposible ser justo en todas las situaciones si no se dispone de un criterio seguro sobre qué cosa es la justicia. De igual manera que el hombre justo conoce la verdad, el injusto la desconoce, lo que supone el vicio arranca de la ignorancia más que de las malas intenciones, de igual manera que quien conoce el bien con seguridad actuará de forma bondadosa.

Es obvio que se desliza por este discurso la necesidad de un modelo pedagógico complejo. La educación, al contrario que las escuelas sofísticas, busca la verdad, pero la tarea del maestro no es transmitírsela, como si el alumno fuera un ignorante sin más, sino guiarle a través del diálogo para que pueda iluminar y extraer la verdad que habita su alma y de la que no era consciente. Este modelo se llama dialéctica y consta de dos fases. En la primera, la ironía, se trata de que el alumno ponga en tela de juicio todas sus convicciones, asumiendo a través del juego de preguntas y respuestas con el maestro, que llega a burlarse de su ingenuidad, que sus opiniones están repletas de contradicciones. La segunda fase, llamada mayéutica, es aquella en la que el alumno dé a luz o extraiga la verdad que ya estaba dentro de sí. Halladas la verdad sobre el bien, la justicia o la belleza, el discípulo es ya un iniciado en el camino del sabio.


3. LA FILOSOFÍA DE PLATÓN

La Carta VII.

Para entender el origen de los esfuerzos intelectuales de Platón hay que empezar por entender que sus preocupaciones iniciales siempre fueron las de la política, es decir, el destino de la justicia en la polis, que se encontraban seriamente amenazadas, como demostraban, entre otros muchos acontecimientos, la muerte de Sócrates. Es oportuno consultar la Carta VII.

“Pero dio también la casualidad de que algunos de los que estaban en el poder llevaron a los tribunales a mi amigo Sócrates, a quien acabo de re­ferirme, bajo la acusación más inicua y que menos le cuadraba: en efecto, unos acusaron de impiedad y otros condenaron y ejecutaron al hombre que un día no consintió en ser cómplice del ilícito arresto de un partidario de los entonces proscritos, en ocasión en que ellos padecían las adversidades del destierro. Al observar yo cosas como éstas y a los hombres que ejercían los poderes públi­cos, así como las leyes y las costumbres, cuanto con mayor atención lo exami­naba, al mismo tiempo que mí edad iba adquiriendo madurez, tanto más difícil consideraba administrar los asuntos públicos con rectitud; no me parecía, en efecto, que fuera posible hacerlo sin contar con amigos y colaboradores dignos de confianza; encontrar quienes lo fueran no era fácil, pues ya la ciudad no se regía por las costumbres y prácticas de nuestros antepasados y adquirir otros nuevos con alguna facilidad era imposible; por otra parte, tanto la letra como el espíritu de las leyes se iba corrompiendo y el número de ellas crecía con extra­ordinaria rapidez.

De esta suerte yo, que al principio estaba lleno de entusiasmo por dedicar­me a la política, al volver mi atención a la vida pública y verla arrastrada en to­das direcciones por toda clase de corrientes, terminé por verme atacado de vér­tigo, y si bien no prescindí de reflexionar sobre la manera de poder introducir una mejora en ella, y en consecuencia en la totalidad del sistema político, sí de­jé, sin embargo, de esperar sucesivas oportunidades de intervenir activamente; y terminé por adquirir el convencimiento con respecto a todos los Estados ac­tuales de que están, sin excepción, mal gobernados; en efecto lo referente a su legislación no tiene remedio sin una extraordinaria reforma, acompañada ade­más de suerte para implantarla. Y me vi obligado a reconocer, en honor a la verdadera filosofía, que de ella depende el obtener una visión perfecta y total de lo que es justo tanto en el terreno político como en el privado, y que no ce­sará en sus males el género humano hasta que los que son recta y verdadera­mente filósofos ocupen los cargos públicos, o bien los que ejercen el poder en los Estados lleguen, por especial favor divino, a ser filósofos en el auténtico sentido de la palabra”.



PLATÓN:    Carta VII 324 c-326 a

 
Se trata pues de obtener el conocimiento verdadero, pero no por alguna suerte de vanidad intelectual, sino porque sólo si se dispone de nociones universales sobre el bien y la justicia es posible gobernar con justicia y bien la ciudad. Además, el hombre educado por la filosofía sabrá también ser justo en su propia vida, lo cual le llevará al gobierno por ansia de servir al bien de la polis y no por prestigio o riqueza personal, que es lo que infortunadamente sucede en la actualidad con todos los dirigentes que Platón ha conocido en su larga vida. Vemos entonces que la ciudad feliz habrá de ser dirigida por hombres sabios y virtuosos, tal y como ya mostró el maestro Sócrates con su intelectualismo moral.  Pero la justicia no sólo requiere buenas intenciones, también una organización en la que todos los individuos trabajen para el bien de sus conciudadanos, se trata de alcanzar la armonía. He aquí la teoría del gobierno de los filósofos. Serán filósofos en la medida en que hayan aprendido en la Academia la sabiduría suprema, la filosófica, que proporciona el conocimiento de las verdades universales, a las que llamará Ideas.

La teoría de las Ideas

¿Qué es una Idea (eidós)? No debemos buscarlas en el mundo material, sometido al vértigo del devenir y accesible a través de los sentidos. La razón es sencilla: el mundo sensible es el de la doxa, de él no podemos obtener conocimiento verdadero, pues algo que cambia continuamente no puede ser objeto de verdad epistémica (científica). Pero ¿existen realidades inmateriales y eternas? Como ya dijo Sócrates, tiene que haberlas, pues de lo contrario la ciencia sería imposible y viviríamos en un mundo incomprensible para la razón. Esas entidades solo pueden ser ultraterrenas y ultraempíricas.  Pero insistamos: ¿qué es una Idea?

Si se nos pregunta qué es la belleza, nos referiremos a cosas que nos parecen bellas, un cuadro de Van Gogh, un poema de Neruda, la cabeza de Nefertiti...Ninguno de estos seres son la belleza, sólo consideramos que son cosas bellas. Esto significa que, al menos, tienen algo en común, que contienen la esencia de la Belleza en sí. ¿Cómo extraer esa esencia de entre las cosas que nos parecen bellas si ninguna de esas cosas puede ser considerada como la Belleza? Debemos hallar a través de la reflexión el ideal cuyo reflejo encontramos en la multiplicidad de las cosas bellas, una Idea que no se confunde con ninguna de esas cosas, pero que todas de alguna forma imitan. Podemos caer en la tentación de pensar que una pintura bella o Nicole Kidman son más reales porque son tangibles y concretas, por oposición a esas Ideas de las que habla Platón, que resultan abstractas e intangibles. Pero el gran descubrimiento platónico es que, muy al contrario, son las ideas las que de verdad tienen un valor ontológico (valor de realidad) superior. Esto se debe a que Nicole Kidman es un ser fugaz, sometido al nacimiento y la muerte, obligado a envejecer, mientras que la Belleza es eterna, precisamente porque su carácter abstracto la preserva del devenir. Así se entiende la teoría de la mímesis, también llamada teoría de la participación, según la cual los seres del mundo material copian siempre a una Idea. Así el árbol que contemplo es una mímesis del árbol ideal, todos los objetos pertenecientes al género árbol lo son porque participan del ideal "Árbol".

Nos sirven otros ejemplos, como el de la Justicia en sí. Podemos opinar que el Estado de Israel actúa con poca justicia en relación a los palestinos, o que Baltasar Garzón ha sido un hombre muy justo en muchas ocasiones. Los casos son interminables, tantos como opiniones existan, pero no podemos pretender que una acción justa es la Justicia. Sólo quien gracias a la filosofía sea capaz de encontrar el conocimiento de las Ideas podrá diferenciar en el mundo material las leyes justas y las injustas, las cosas bellas y las que no lo son. Es importante no darle un sentido psicológico a la Idea platónica, no es simplemente algo que tú o yo tengamos en la cabeza, se trata de realidades eternas e inmateriales que existirían igualmente si ningún hombre las pensara, existen desde siempre, y seguirán haciéndolo aunque desaparezcamos. A ese no-lugar ultraterreno accesible solo a las almas le llamamos Mundo de las Ideas. También conviene no limitar el ámbito de las Ideas a los valores fundamentales por los que batallaba Sócrates. Existen la Igualdad, la Circularidad, la Unidad, la Dualidad, la Arboreidad... las Ideas explican el mundo sensible, que sería puro caos si los objetos materiales no imitaran a los ideales. Podemos en suma definir la Idea como aquello por lo cual un ser es lo que es, la Idea otorga unidad a la multiplicidad de seres que la imitan. Sólo por ello podemos comprender el mundo en el que nos encontramos.



El dualismo ontológico

La ontología es una parte esencial del conocimiento filosófico, estudia lo real, es decir, los entes o seres existentes. Al pensamiento platónico se le llama dualista porque distingue dos niveles de realidad. El mundo inteligible es el de las Ideas, es decir, se ocupa de realidades extramateriales que son accesibles solo a la inteligencia y no a los sentidos. Este mundo es superior y trascendente, y no es visible o accesible a los sentidos. Contiene tanto las Ideas  (inteligibles superiores) propiamente dichas como las entidades matemáticas (inteligibles inferiores). El mundo sensible es el del devenir, es decir, aquél en el que, como afirmaba el presocrático Heráclito, todo es cambio y movimiento. Sus seres representan un nivel inferior de la realidad en comparación con los inteligibles, pues son caducos –nacen y mueren- y sólo son perceptibles a través de los sentidos. El hecho de que Platón considere a los materiales “seres aparentes” no significa que sean una ficción, es decir, que no existan, diríamos más bien que están a medio camino entre el ser, lo inteligible, y la nada.

¿Cómo se establece el nexo entre uno y otro mundo, dado que ya sabemos que los seres sensibles son imitaciones de las Ideas? Platón postula aquí la figura del demiurgo (obrero cósmico), un ser de carácter divino que no ha creado las Ideas (son eternas) ni la materia, pero que sí ha tomado a las primeras para darle sentido a la materia informe, sacándola del caos y dándole un orden y un sentido.

Dualismo epistemológico

 La dualidad de lo ontológico se corresponde necesariamente con la dualidad del conocimiento. La epistemología (ciencia filosófica que estudia nuestro conocimiento de lo real) nos informa que el mundo inteligible es accesible a través de la ciencia (epistemé) y el mundo sensible lo es a través de la opinión (doxa). Podemos acceder a lo real si orientamos nuestra alma hacia el Mundo de las Ideas, lo cual requiere el conocimiento filosófico, que nos aparta de lo engañoso del mundo sensible. Éste es asunto del conocimiento sensible o doxa, debido a que se obtiene a partir de los sentidos, y es por tanto un mundo cambiante e imposible de convertir en ciencia. Platón no duda de que, como afirmaban Protágoras y otros sofistas, las opiniones son relativas, lo que estos no dijeron –y por eso llevan al pensamiento a un callejón sin salida- es que además de las opiniones existe el conocimiento verdadero.

Nos puede valer un simple ejemplo. Respecto a una acción cualquiera, dos personas pueden estar en desacuerdo, una pensar que ha sido justa y la otra lo contrario. Si extendemos la cantidad de opinantes hasta el infinito lo que nos encontramos es un caos de visiones, sin posibilidad de establecer un criterio unificador. Ese criterio lo lograremos cuando hayamos pasado por la Academia y hayamos conocido en profundidad la Idea de Justicia. Ésta es un universal, tiene validez por encima de las versiones subjetivas. No se trata pues de conocer cosas justas, esto no nos distingue de los opinantes, se trata de disponer de la esencia, ese ideal al que las acciones tratan de imitar.

¿Y por qué dentro del conocimiento epistémico resultan estar por encima las Ideas de las matemáticas? ¿No merecerían los llamados “inteligibles inferiores” el mismo rango que los superiores? También podemos darle la vuelta a la pregunta: ¿Y por qué los entes matemáticos son ciencia como las Ideas? ¿No deberían en realidad formar parte de las entidades materiales? Es una ingenuidad creer que el triángulo o las rectas paralelas o una unidad aritmética son realidades sensibles. Yo puedo dibujar un triángulo, dos rectas paralelas o escribir el signo del 2, pero ninguno de estos casos es otra cosa que una copia imperfecta de una realidad que es puramente abstracta y conceptual. Existe la Triangularidad en sí, es decir, la Idea de Triángulo, pero ningún triángulo concreto y representable es esa Idea, tan sólo es una copia física e imperfecta de una Idea eterna. La conclusión es que, al igual que las Ideas, los conceptos matemáticos son inmateriales, únicos y eternos.

¿Por qué entonces son inteligibles inferiores? Hay varias razones. Una es que el mundo físico imita a las Ideas, pero sólo de forma secundaria imita a las matemáticas. En la realidad física hay seres triangulares, desde luego, pero Ideas como Justicia en sí siempre estarán más lejos del mundo cambiante que la Triangularidad. La prueba es que podemos representar un triángulo, pero no hay manera de representar la Justicia, su nivel de abstracción es mucho mayor.  

Dualismo antropológico


El dualismo platónico ha de extenderse a la fuerza al tercer gran pilar del mapa filosófico que establecemos: el hombre. Si hay dos realidades y dos formas de conocerlas, es porque también eso a lo que llamamos el antropós tiene carácter dual. Somos alma y cuerpo y, por supuesto, aquella es superior a ésta. Es importante aportar aquí información sobre una de las teorías subsidiarias de la de las Ideas, la teoría de la reminiscencia (también llamada del recuerdo o la anamnesis). Para entenderlo podemos recurrir al célebre Mito del auriga. Este es, a grandes rasgos, el contenido del relato.  

Las almas de los hombres, por la dificultad de conducir el carro (uno de los dos caballos es díscolo), difícilmente logran seguir a las de los dioses; apenas llegan a sacar la cabeza fuera de la bóveda del cielo y ver, más o menos; la que logra ver algo, queda libre de sufrimiento hasta la próxima revolución, porque la presencia de lo ente es el alimento para "lo mejor" del alma; pero, si el alma no ha conseguido ver, sino que, por el contrario, en la lucha ha sido derrotada, pierde las alas y cae a tierra, donde toma posesión de un cuerpo, que, por la virtud del alma, parecerá moverse a si mismo. Si, de todos modos, el alma ha visto alguna vez, no será fijada a un cuerpo animal, sino a un cuerpo humano, y según que haya visto mas o menos, será fijada al cuerpo de quien haya de ser una u otra cosa; la de que haya visto más, será el alma de Un amante de la sabiduría o un cultivador de las Musas o del amor; la segunda será el alma de un gobernante obediente a la ley, y así hasta la octava que será la de un sofista, y la novena, que será la de un tirano. Al final de una vida, las almas son juzgadas y hasta completar un milenio llevan, bajo tierra o en un lugar del cielo , una vida concorde con los merecimientos de su vida terrena

Siguiendo la tradición órfico-pitagórica, Platón explica que si podemos conocer unos entes que están más allá del mundo en que nos movemos es porque existe la transmigración de las almas.Así, parece que las almas anduvieron por el mundo celestial y contemplaron las Ideas, pero al caer en un cuerpo mortal, arrastradas por las pasiones y deseos del mundo sensible, las han olvidado. La empresa de una vida virtuosa consiste en esforzarse en recordar, extraer la verdad que habita oculta el alma dejando de lado los impulsos que provienen del cuerpo y de la realidad mundana.

El alma es lo que nos identifica, inmortal y espiritual, constituye el principio del conocimiento, precisamente porque el transmigracionismo supone que ya habitó el Mundo de las Ideas. El cuerpo, y seguimos también aquí la senda pitagórica, es una cárcel para el alma, se diría que somos el producto de una caída. De él provienen las pasiones y deseos, propias del mundo sensible y que distorsionan nuestro acceso a la virtud y el conocimiento verdadero.

El Mito del Auriga nos da también la pista para entender que el alma abarca tres partes o aspectos. La superior a las otras dos, representada en el mito por el auriga, es la racional, de la que es propia la razón o logos. Se identifica con la cabeza y la virtud que le es propia es la sabiduría. La parte irascible tiende a las pasiones, se asocia al pecho y su virtud propia es la valentía. Finalmente, la parte concupiscible tiende a los deseos, se asocia al bajo vientre y su virtud apropiada es la templanza. Es evidente el símil con el mito, el auriga representa la razón, el caballo blanco las pasiones, y el caballo negro encarna los deseos. La gran cuestión es que, como sucede en la cuadriga o carro alado, la razón debe dominar sobre pasiones y apetitos, pues cuando mandan las dos partes del alma que tienden hacia el cuerpo, en especial la parte concupiscible, la vida del hombre se vuelve desastrosa. Si cada una de las partes se adecua a su virtud, entonces alcanzamos el ideal de la armonía. No es fácil alcanzarla, sólo los sabios lo hacen, sólo ellos son capaces de imponer armonía en su vida privada y pública porque han vislumbrado el Mundo de las Ideas.


La política

Es irremediable empezar por el trauma juvenil que marcó la vida de Platón: la muerte de Sócrates. Entre otras conclusiones, Platón descubrió que la gestión de la ciudad es similar a la de un barco: ningún marinero puede llevar el timón si no ha sido adiestrado en el arte naval. De igual manera, el político debe conocer el arte de la justicia. Esto es impracticable en democracia, donde el timón del Estado está en manos de masas ignorantes, masas manejadas por demagogos como los sofistas, los cuales, hipnotizan a la gente a partir de su persuasiva elocuencia, tal y como sucedió con la condena de Sócrates.

Platón propone el Gobierno de los Filósofos. Como ya propuso en la Carta VII, gobernar supone conocer la Idea de Justicia, algo solo accesible mediante el estudio filosófico. El Gobierno de los Filósofos se asocia al intelectualismo moral socrático, según el cual los sabios hacen el bien porque saben en qué consiste, de igual manera que son quienes ignoran el bien los que actúan injustamente. Así, mientras el tirano será un ignorante, el filósofo gobernante dirigirá a través de los ideales de Justicia y Bien. Nada que ver con la democracia ¿y con la aristocracia? ¿no estamos a fin de cuentas proponiendo el poder de la élite? (aristoi: los mejores). En cierto modo sí pero los mejores no son, como en el mundo homérico, los que tienen linaje, sino aquellos que destacan por su educación y su virtud.

¿Será armónica aquella ciudad donde gobiernen los filósofos? Así se explica en la utopía de la República. Hablamos de gobernantes cuyo fin supremo es servir al Estado, anteponiendo el bien común al propio. Ese gobernante propiciará una comunidad cohesionada frente al caos que Platón encuentra en toda la Hélade. Aquí debemos regresar al Mito del Auriga. El Estado debe contener tres grandes clases o partes, como el alma. La parte de los apetitos o concupiscible se identifica con los productores, aquellos que la ciudad necesita para asegurar su bienestar material. La parte irascible se identifica con los guardianes, destinados a la defensa y honorables en la medida en que no sucumban a la tentación de tomar las armas contra la ciudad. La parte racional  corresponde a los filósofos, cuya sabiduría filosófica les permite gobernar con armonía. Se trata en definitiva de dividir el trabajo según las capacidades de cada cual. Esta armonía entre clases sociales se da solo si los gobernantes desarrollan la sabiduría, los guardianes la valentía y los productores la templanza.

La educación

De igual manera que hay un arte para el cultivo de alimentos o un arte militar, debe haber un saber propio del político que pueda transmitirse. Esta ciencia del bien y la justicia es la filosofía, única mediante la que se pueden conocer las Ideas. Quedan así definitivamente vinculadas la filosofía y la política.

El futuro gobernante se educará en la Academia donde, con la ayuda de sus maestros, dirigirá su alma hacia las Ideas, que culminan en la idea suprema: el Bien. Este proceso, que podemos asimilar a una escalera, se llamará mayéutico, en el que como recordamos hay dos fases: la fase de la ironía, donde el alumno se encuentra con sus propias contradicciones a través del diálogo con el maestro, y la fase luminosa, donde se encontrará con la verdad. Esa última fase supone el encuentro con la dialéctica, ciencia suprema o filosofía. Platón sabe que no podemos educar al filósofo gobernante con la dialéctica desde niño, pues el alma se halla demasiado prisionera del cuerpo y los apetitos materiales. Por ello debe familiarizarse poco a poco con el conocimiento abstracto y las entidades inteligibles a partir de las matemáticas.

La Academia debe captar a las inteligencias más capaces de entre los ciudadanos, y educarlos desde niños en un largo proceso que habrá de durar largos años. Cuando el conocimiento dialéctico se alcanza, el filósofo ya está en condiciones de gobernar, y entonces habrá de "regresar" a la política activa, ese mundo tan difícil sometido a las pasiones humanas. Entonces deberá intentar que el Estado alcance una armonía similar a la que él ha contemplado en lo alto de la escalera mayéutica. Es importante insistir en que no se  trata de alcanzar la sabiduría por interés teórico, se trata de alcanzar el conocimiento supremo por un interés tan práctico como es el político.

El contraste con los sofistas se vuelve a hacer patente. Estos se sentían cómodos en el modelo asambleario de la democracia, dominaban con su elocuencia las corrientes de opinión en el ágora. Como recordamos dirigían escuelas y enseñaban también para la política, pero con fines opuestos a los de la academia platónica. Como la verdad es relativa y no hay más verdad que el vértigo de las opiniones, el plan educativo no buscará la verdad, inclinándose por una solución pragmática: enseñar al alumno a alcanzar éxito social y riquezas. La primera gran controversia filosófico-política de la historia está servida.