diumenge, 21 de gener del 2018

MATERIALES PARA APROBAR EL EXAMEN DE DESCARTES

COMENTARIO DE TEXTO RESUELTO DE DESCARTES
«Así, a causa de que nuestros sentidos nos engañan algunas veces, quise suponer que no había ninguna cosa que fuera como las imágenes que ellos nos transmiten de esa cosa. Y como hay hombres que se equivocan al razonar, incluso en cuanto a las cuestiones más simples de la geometría y cometen en ellas razonamientos falsos, juzgando que yo estaba expuesto a equivocarme como cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que había tomado antes por demostradas. En fin, considerando que todos los pensamientos que tenemos cuando estamos despiertos nos pueden venir también cuando dormimos, sin que haya ninguno que, por tanto, sea verdadero, resolví fingir que todas las percepciones que hasta entonces habían entrado en mi mente no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero enseguida me di cuenta de que, mientras quería pensar así que todo era falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad pienso luego existo era tan firme y tan segura que hasta las más extravagantes suposiciones de los escépticos no eran capaces de hacer tambalear, juzgué que la podía recibir sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que buscaba».
El autor de este texto fue un filósofo y científico francés del siglo XVII. Iniciador del Racionalismo y de la filosofía moderna. Sólo aceptó la autoridad de la razón, origen y fundamento del conocimiento.
El fragmento es el tramo decisivo de la cuarta parte del Discurso del método, donde, una vez explicadas las claves de la duda metódica, se exponen los resultados de su aplicación. Lo que en él se nos expone tiene que ver con la cartesiana búsqueda de un principio firme para la filosofía. Descartes duda de las certezas comúnmente aceptadas y concluye que "pienso, luego existo" es ese principio.
Empieza informando de de que los sentidos, en ocasiones, nos engañan, por lo que puedo poner en duda la validez de las sensaciones. A continuación explica que, como a veces nos equivocamos en los razonamientos matemáticos, supongo que mis demostraciones son falsas. En la misma línea dice que no siempre está clara la distinción entre los sueños y en la realidad. A esto le llamamos argumento onírico: finjamos, entonces, que lo que hasta ahora hemos tomado por mundo real sea ilusión. Conviene añadir que, aunque no aparezca en el Discurso del método, en una obra posterior, Meditaciones metafísicas, añadirá la duda radical del Genio Maligno, cuyo extremismo escéptico supera incluso al argumento onírico. Según esta hipótesis, todo, absolutamente todo, podría ser una ficción en la medida en que en vez de un buen dios el universo hubiera sido creado y manipulado por un demonio cuya diversión consistiera en reírse de nosotros haciendo que nos engañáramos. Cuando afirma "Pienso, luego existo", entiende que ha llegado a una verdad firme y segura que sirve como primer principio de la filosofía.
¿Qué debemos entender de este encadenamiento creciente de dudas? La duda metódica tiene como objetivo prescindir, como conocimiento poco fiable, de todo cuanto podemos dudar. Rechaza los sentidos, las verdades de las matemáticas y la existencia del mundo real. Concluye que yo, que dudo, he de existir. Queda superada la duda con esta primera verdad, fundamento de su filosofía. Descartes defiende la autonomía del conocimiento humano con respecto a la fe y afirma que la verdad depende solo de la razón. En su búsqueda del saber el hombre tiene como luz a la razón. En ella hallamos las verdades a partir de las cuales construir el edificio del saber. Hay que encontrar una verdad absolutamente cierta, dado que su ideal de ciencia es la matemática que parte de principios ciertos y evidentes. Con el fin de encontrar esa verdad, propone su duda metódica, rechaza todos los conocimientos de los que es posible dudar. No significa que todo sea falso, sino que, al no ser un conocimiento seguro, no puede servir como principio de un saber definitivo.
Hay tres niveles de duda: la información de los sentidos, las demostraciones científicas y el mundo real, pero la propia duda nos dirige a la primera verdad: "pienso, luego existo». Esta verdad está en la razón, fuente del conocimiento para el racionalismo, y es la base de un saber firme porque es indudable. De ella surge el criterio de certeza: lo verdadero es evidente (claro y distinto). Desde la existencia del yo pensante y de la idea innata de infinito, Descartes llegará a la existencia de Dios, y de esta, a la del mundo real, las tres sustancias que forman la realidad cartesiana: infinita (Dios), pensante (yo) y extensa (materia).
MODELO DE EXAMEN SIN RESOLVER DE DESCARTES
Habiéndome, pues, afirmado en estas máximas, las cuales puse aparte juntamente con las verdades de la fe, que siempre han sido las primeras en mi creencia, pensé que de todas mis otras opiniones podía libremente empezar a deshacerme; y como esperaba conseguirlo mejor conversando con los hombres que permaneciendo por más tiempo encerrado en el cuarto en donde había meditado todos esos pensamientos, proseguí mi viaje antes de que el invierno estuviera del todo terminado. Y en los nueve años siguientes, no hice otra cosa sino andar de acá para allá, por el mundo, procurando ser más bien espectador que actor en las comedias que en él se representan, e instituyendo particulares reflexiones en toda materia sobre aquello que pudiera hacerla sospechosa y dar ocasión a equivocarnos, llegué a arrancar de mi espíritu, en todo ese tiempo, cuantos errores pudieron deslizarse anteriormente. Y no es que imitara a los escépticos (27), que dudan por sólo dudar y se las dan siempre de irresolutos; por el contrario, mi propósito no era otro que afianzarme en la verdad, apartando la tierra movediza y la arena, para dar con la roca viva o la arcilla. Lo cual, a mi parecer, conseguía bastante bien, tanto que, tratando de descubrir la falsedad o la incertidumbre de las proposiciones que examinaba, no mediante endebles conjeturas, sino por razonamientos claros y seguros, no encontraba ninguna tan dudosa, que no pudiera sacar de ella alguna conclusión bastante cierta, aunque sólo fuese la de que no contenía nada cierto. Y así como al derribar una casa vieja suelen guardarse los materiales, que sirven para reconstruir la nueva, así también al destruir todas aquellas mis opiniones que juzgaba infundadas, hacía yo varias observaciones y adquiría experiencias que me han servido después para establecer otras más ciertas.
  1. Analiza las ideas fundamentales del texto
  2. Explica el sentido que en el texto y en la filosofía global de Descartes tienen los términos del texto “máximas” y “escépticos”.
  3. Dios y el problema de las ideas innatas en la filosofía cartesiana.