dijous, 26 de març del 2020

CORRECCIÓN PARA CUARTO

Añado algunos matices de mi cosecha a las respuestas que me habéis dado. Entendedlo si queréis como una corrección a las preguntas, pero tened en cuenta, como siempre, que el objetivo de la asignatura es propiciar una reflexión bien documentada. No os limitéis a copiar, por favor. 

1. Durante la dictadura existía la asignatura de Moral porque se entendía que las normas, los deberes y la virtudes eran las que marcaba el Régimen. Como no era un sistema democrático, lo que debíamos creer lo marcaba el ideario "nacional-católico". Mas que "Moral", lo que nos impartían era "una moral", la suya obviamente. Era puro adoctrinamiento y ni siquiera tenía importancia como asignatura porque lo que nos decían era prácticamente lo mismo que en clase de Religión. Si hubieran querido enseñarnos Ética, habrían tenido que empezar por cuestionarse su propio código moral, que es a lo que obliga la ética, entendida como materia propia de la reflexión filosófica. 

2. La LOMCE  o Ley Wert, rescató la Religión como asignatura "normal", de manera que en vez de recreo o una asignatura vacía de contenido, la incluyó en los currículum como una optativa a elegir junto a Valores Éticos. Lo que esto supone es que el alumno que da Religión no tendría que dar Ética nunca. ¿Por qué? Porque la formación moral ya se la otorga el adoctrinamiento en fe religiosa y en los textos sagrados, que son enseñados por un profesor enviado por la propia Iglesia. Así la reflexión racional sobre la virtud, los valores o el deber se ponen al mismo nivel académico que una catequesis o ejercicio de conocimiento de la fe y sus textos sagrados. Esa reflexión queda automáticamente prohibida a quienes den Religión, como si por el hecho de creer en Dios no la necesitaran. 

3. Me han gustado mucho algunas reflexiones que me habéis enviado a cuenta del coronavirus y el colapso hospitalario. Lo que afirmo, la posibilidad de elegir a quien salvar, se ha planteado ya, y la respuesta más común es la que perjudica a los ancianos y, en general, a los que tienen un mayor riesgo de salud. ¿Es aceptable? Bueno, empieza a no serlo cuando uno tiene a su abuelo contagiado o cuando, como es el caso de algunos de mis alumnos, eres joven pero tienes alguna patología que hace que tu tratamiento tenga menos posibilidades de éxito que las de un adolescente perfectamente sano. Decidir quién vive y quién muere es terrible, aunque puede llegar a pasarnos. Imagino que un votante de Vox dirá que prefiere a un anciano español que a un joven africano. También podríamos pensar en salvar antes a un guapo que a un feo, o a un rico que a un pobre, pues los primeros tienen mejores expectativas de una vida feliz que los segundos... Entiendo que muchos defendáis el criterio de edad, pero, por favor, os debéis plantear muy seriamente las consecuencias de lo que afirmáis. 

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